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Revista de corresponsales: La ordenación territorial rural del norte de Portugal

© Mponica Alcindor

Una de las funciones de la ordenación del territorio, en sus distintas escalas, es ordenar la utilización del suelo en el territorio, teniendo en cuenta los distintos usos y ocupaciones adecuadas para el disfrute del sistema natural y humano. En el caso del suelo rural del norte de Portugal la urbanización de las zonas periféricas del suelo urbano, que todavía no había sido consolidada, ha dado lugar a una expansión urbana que ha invadido el suelo rural. Esto no sólo ha provocado un exceso de urbanización y todos los problemas que ello conlleva, sino que también ha provocado una reducción de la superficie agrícola continua, desmenuzando las tierras destinadas a la agricultura y eliminando de este modo el tamaño necesario para un uso agrícola económicamente viable y con consecuencias para la especulación sobre el valor del suelo (Matias, 2018).

Por este motivo, en el norte, sobre todo en zonas con asentamientos dispersos o difusos, el valor del suelo rural a veces alcanza precios elevados, similares a los del suelo urbano. Este fenómeno ha provocado la expulsión o la falta de atractivo para la actividad agrícola productiva, ya que, ante el valor inflado de la tierra, la inversión necesaria para adquirirla resulta demasiado elevada impidiendo que cualquier actividad agrícola sea económicamente viable. Esta realidad se ve agravada por el reducido tamaño de las parcelas y de la superficie agrícola utilizada en Portugal. El suelo rural sobrante es cada vez más residual, lo que se traduce en una escasez de zonas aptas para explotaciones agrícolas. Por otro lado, una profusión de actividades diversas (residenciales, comerciales, industriales o de infraestructuras) salpican cada vez más el territorio nacional, transformándolo en una amalgama de pequeñas parcelas que ya no tienen el tamaño para ser clasificadas como rurales y carecen de estructura para ser reconocidas como urbanas (Matias, 2018).

El territorio del Miño representa un buen ejemplo de lo que ha significado el crecimiento de la demanda de viviendas en zonas agrícolas, con buenos accesos a los centros urbanos medianos y grandes.

El hecho de que el sistema nacional de ordenación territorial en Portugal haya sido más tardío que en la mayoría de los países europeos, no sólo ha contribuido a la actual situación de desorganización y a la continua destrucción de suelo, sino que también ha sido un factor determinante a la falta de cultura territorial y de cultura de ordenación del territorio por parte de la población y de las propias instituciones que intervienen en el territorio (de Oliveira, 2011).

La ocupación urbana de las dos últimas décadas ha sido un modelo insostenible económica y financieramente, perjudicial sobre todo a tres niveles: el consumo generalizado de suelo y por consiguiente su impermeabilización/urbanización; la inversión irracional en infraestructuras urbanas dispersas y el despilfarro de recursos esenciales para el equilibrio del sistema urbano, como la reserva agrícola nacional, las riberas de los cursos de agua y la vegetación autóctona (Oliveira & Carvalho, 2016).

Mònica Alcindor Huelva, arquitecta. Corresponsal del COAC en Viana do Castelo, Portugal. Enero 2024

 

 

Referencias bibliográficas.

de Oliveira, H. C. M. (2011). RESENHA: FERRÃO, João. O ordenamento do território como política pública. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian, 2011. 146p. Caderno Prudentino de Geografia, 2(33), 170-175.

Matias, I. (2018). O sistema de planeamento nacional. In Planeamento urbano: investigação, ensino e prática profissional (Ed. Oliveira, Vitor). Edições Afrontamento.

Oliveira, F. P., & Carvalho, J. (2016). Classificação do solo no novo quadro legal. Leya.

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Revista de corresponsals: L'ordenació territorial rural del nord de Portugal

© Monica Alcindor

Una de les funcions de l'ordenació del territori, a les seves diferents escales, és ordenar la utilització del sòl al territori, tenint en compte els diferents usos i ocupacions adequades per al gaudi del sistema natural i humà. En el cas del sòl rural del nord de Portugal, la urbanització de les zones perifèriques del sòl urbà, que encara no havia estat consolidada, ha donat lloc a una expansió urbana que ha envaït el sòl rural. Això no només ha provocat un excés d'urbanització i tots els problemes que això comporta, sinó que també ha provocat una reducció de la superfície agrícola contínua, esmicolant les terres destinades a l'agricultura i eliminant així la mida necessària per a un ús agrícola econòmicament viable i amb conseqüències per a l'especulació sobre el valor del sòl (Matias, 2018).

Per aquest motiu, al nord, sobretot en zones amb assentaments dispersos o difusos, el valor del sòl rural de vegades arriba a preus elevats, similars als del sòl urbà. Aquest fenomen ha provocat l'expulsió o la manca d'atractiu per a l'activitat agrícola productiva, ja que, davant del valor inflat de la terra, la inversió necessària per adquirir-la és massa elevada i impedeix que qualsevol activitat agrícola sigui viable econòmicament. Aquesta realitat es veu agreujada per la reduïda grandària de les parcel·les i de la superfície agrícola utilitzada a Portugal. El sòl rural sobrant és cada vegada més residual, cosa que es tradueix en una escassetat de zones aptes per a explotacions agrícoles. D'altra banda, una profusió d'activitats diverses (residencials, comercials, industrials o d'infraestructures) esquitxen cada cop més el territori nacional, transformant-lo en una amalgama de petites parcel·les que ja no tenen la mida per ser classificades com a rurals i no tenen estructura per a ser reconegudes com a urbanes (Matias, 2018). El territori del Miño representa un bon exemple del que ha significat el creixement de la demanda d'habitatges a zones agrícoles, amb bons accessos als centres urbans mitjans i grans.

El fet que el sistema nacional d'ordenació territorial a Portugal hagi estat més tardà que a la majoria dels països europeus, no només ha contribuït a la situació de desorganització actual i a la contínua destrucció de sòl, sinó que també ha estat un factor determinant a la manca de cultura territorial i de cultura d'ordenació del territori per part de la població i de les pròpies institucions que intervenen al territori (d'Oliveira, 2011).

L'ocupació urbana de les dues darreres dècades ha estat un model insostenible econòmicament i financera, perjudicial sobretot a tres nivells: el consum generalitzat de sòl i per tant la seva impermeabilització/urbanització; la inversió irracional en infraestructures urbanes disperses i el malbaratament de recursos essencials per a l'equilibri del sistema urbà, com ara la reserva agrícola nacional, les riberes dels cursos d'aigua i la vegetació autòctona (Oliveira & Carvalho, 2016).

 

Mònica Alcindor Huelva, arquitecta. Corresponsal del COAC a Viana do Castelo, Portugal. Gener 2024

 

 

Referències bibliogràfiques.

d'Oliveira, HC M. (2011). RESENHA: FERRÃO, João. O ordenament del territori com a política pública. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian, 2011. 146p. Cadern Prudentí de Geografia, 2(33), 170-175.

Matias, I. (2018). O sistema de planejament nacional. In Planejament urbà: investigação, ensino i prática profissional (Ed. Oliveira, Vitor). Edições Afrontament.

Oliveira, FP, & Carvalho, J. (2016). Classificação do només no novo quadre legal. Lleia.

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Revista de corresponsals: ANDORRA: EFICIENCIA ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO

© Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC)

La normativa para regular el ámbito de la eficiencia energética en la edificación en el Principado de Andorra y colaborar en la descarbonización se potenció en 2010 con la aprobación por parte de Gobierno del Reglamento Energético en la Edificación REE (de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible y a la directiva 2010/31UE), estableciendo estándares en los cerramientos de los edificios (tanto de obra nueva como existentes), con valores límites mínimos de coeficientes de transmisión térmica que había que lograr para cumplir el reglamento, pero, con visión de futuro, también con valores objetivos, deseables por un mejor rendimiento.

La adopción de criterios de eficiencia energética en Andorra en la construcción y rehabilitación de edificios, es de vital importancia para lograr estos objetivos, ya que la demanda energética por calefacción en el parque construido es actualmente del 20% del total del consumo nacional, y significa un 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ahorro y eficiencia son, por lo tanto, las acciones principales en las cuales trabajar en proyectos y obras.

Posteriormente, el Reglamento de la Certificación de la Eficiencia Energética en la Edificación, creado en 2012, obliga a certificar con etiqueta energética todos aquellos inmuebles que participan en operaciones de compraventa a partir del 2020, o de alquiler a partir del 2023. Así, se califica tanto la energía que se consume como las emisiones de gases de efecto invernadero, desde la A hasta la G, y con una vigencia de 10 años.

La actual Ley de Impulso de la Transición Energética y del Cambio Climático LITEC, del 21/2018, regula que las obras de nueva construcción (con licencia de obras a contar desde el 1 de enero de 2020) tendrán consumo de energía casi nulo (EEQN, casi como edificios pasivos), con la obligación de cumplir con los valores objetivos de coeficientes de transmisión térmica (dejando de lado los valores límites mínimos) del ya mencionado REE; también establece claramente las exigencias energéticas en los edificios existentes (en actuaciones de reformas, ampliaciones y rehabilitaciones), exceptuando las actuaciones en edificios de valor patrimonial o de interés cultural (de manera parecida a lo que ocurre con la normativa tanto española como catalana, poniendo con claridad el interés edilicio patrimonial sobre la eficiencia, en el entendido que son casos puntuales).

La LITEC pretende, de manera primordial, y partiendo de una línea base marcada en 2010, reducir la intensidad energética general (no solamente en la construcción) en el Principado, como mínimo un 20% hacia el 2030, y un  30% hacia el 2050; pero también reducir las emisiones no absorbidas de gases de efecto invernadero, e incrementar el porcentaje de energías de fuentes de origen renovable, potenciando la producción eléctrica nacional (producción limitada por razones geográficas y dimensiones del país) o importada (reduciendo de este modo la dependencia energética).
Otros efectos de la LITEC, que afectan el desarrollo de nuestra profesión, son potenciar y regular la distribución y comercialización de calor, lo cual ya vemos en los proyectos y obras de urbanización en redes de distribución de calor desde las instalaciones de producción hasta los entronques con los edificios públicos y de vivienda; así como en el ámbito edilicio, puesto que aquellos inmuebles con generación y distribución centralizada (calor y ACS, refrigeración) para más de un usuario, tienen que disponer de contadores para el reparto de los gastos correspondientes a cada uno.

Para lograr los valores objetivos de los coeficientes de transmisión térmica U en la envolvente de los edificios, se ha de tener en cuenta una mejora en el nivel de aislamiento térmico acostumbrado hasta ahora, no tan solo con mayores espesores, sino también (y especialmente) con la utilización de materiales con lambdas más bajas, con la eliminación (o la mayor reducción posible) de los puentes térmicos, y utilizando cerramientos móviles de alto rendimiento que garanticen tanto el aislamiento como la hermeticidad y estanqueidad del edificio (razón por la cual también se tiene que incidir en la ventilación y renovación mecanizada del aire interior, siempre con recuperadores de energía).


Los cálculos pertinentes de los valores necesarios para el cumplimiento de la LITEC, se pueden hacer de manera global para todo el edificio (más conveniente económicamente al optimizar las soluciones), o unitario por elemento. Este cálculo unitario para lograr los requisitos mediante elementos puntuales, parte de una base muy conservadora (tanto, que no hace falta justificar las prestaciones), resultando en la no optimización del proyecto desde el punto de vista económico y técnico.

¿Cómo nos afecta todo esto en la práctica profesional?

En el caso de edificios existentes, sean de viviendas u otros usos, la mejora de la envolvente térmica requiere agregar material sin perjudicar el uso por parte de los ocupantes, por lo tanto, actuamos generalmente por el exterior. Desde las administraciones, se ha ajustado y modificado el Reglamento de Construcción, de forma que en cada parroquia (ayuntamientos) permita incrementar la envolvente exterior (que no es poco, cuando vamos a soluciones de 18 o 20 cm. extra de aislamiento, más el acabado), excepto medianeras y los límites de edificación en planta baja respecto a la vía pública, favoreciendo estas mejoras. Además, se permite superar la altura máxima para colocar sistemas de aprovechamiento de energías renovables sobre cubiertas existentes. Estas actuaciones en los edificios construidos cuentan con el apoyo financiero a fondo perdido del programa RENOVA, vigente desde el 2011.
En el caso de obra nueva, se permite superar la altura máxima reguladora para generar energías renovables, pero en contrapartida se obliga a producir como mínimo el 40% de la producción de ACS mediante estas energías (aerotermia, colectores solares, geotermia, placas fotovoltaicas entre otros). Si hablamos de vivienda unifamiliar o plurifamiliar en entorno urbano, el sistema más práctico es la aerotermia, por no necesitar mucho espacio (escaso en la orografía andorrana), incluso no es necesario que las unidades exteriores estén ubicadas en la cubierta, características estas que también tiene la geotermia, pero los elevados costes y logística de las perforaciones nos hacen dejarla de lado; y en el caso de colectores solares o placas fotovoltaicas, la menor eficiencia de unos o la necesidad de espacio en cubierta de las otras, así como la nieve, también aconsejan optar por sistemas como la ya mencionada aerotermia.

En otro orden, a efectos de favorecer la descarbonización garantizando el despliegue del vehículo eléctrico desde el ámbito de la construcción, tenemos que proveer puntos de carga eléctrica a los proyectos de aparcamientos, tanto sean privados como públicos. Para facilitar que, en 2050, el 50% del parque automovilístico sea eléctrico (objetivo país), en los aparcamientos de uso público se tiene que disponer de un punto de carga acelerada por cada 100 plazas, con un mínimo de una unidad, y en los aparcamientos en edificios privados, se requiere la previsión (sin cablear todavía), de un punto de carga lenta en cada plaza (en el caso de unifamiliares, esta previsión se limita a un único punto de carga).

Los resultados de estas acciones que se han desarrollado los últimas años, se pueden valorar en las cifras de gastos económicos y consumo de los edificios, puesto que en aquellos construidos antes del 2010, había una necesidad de 106 kWh/m², los construidos entre los años 2010-2019 con la aplicación de los valores límites requerían 40 kWh/m², hasta los 25 kWh/m² consumidos por los construidos a partir del 2020 con valores objetivos (según datos del Departamento de Acción Climática de Gobierno y de acuerdo con un consumo de una vivienda de 100 m² calefaccionado con caldera de gasóleo). Evidentemente, los costes m² de estos edificios han ido subiendo a precio constante además de la inflación, por la utilización de más y mejores materiales aislantes y nuevas tecnologías, pero con la compensación económica por el ahorro energético posterior, y la mejora de la calidad de vida con la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Con el objetivo de una correcta implementación de la LITEC, no tan solo desde el diseño técnico y arquitectónico, sino también desde su puesta en obra y ejecución, especialmente en aquellas obras o actuaciones consideradas obras menores que no requieren la firma o presencia en obra de un arquitecto, se realizará la segunda edición de la Formación de Aptitud Técnica para Técnicos de Obra, después de comprobar a la primera edición del mes de febrero pasado el interés de los contratistas y profesionales a la cual va dirigida. Este curso, en el cual colaboramos coordinando el módulo de aislamientos térmicos, certifica la capacitación de los asistentes con un carné profesional obligatorio (con validez por 10 años) para ejercer en las obras, y es impulsado desde el Gobierno de Andorra (Departamento de Acción Climática) y la ACODA (Asociación de Contratistas de Obras de Andorra).

El conocimiento de la singularidad de Andorra en cuanto a la normativa nacional y comunal, de las soluciones constructivas y técnicas acostumbradas, de los materiales disponibles, del entorno natural y el clima desde las parroquias bajas hasta las de montaña, incluso el tipo de uso previsto por las viviendas (continuo, temporada, fin de semana, ...), permiten equilibrar desde los primeros esbozos del proyecto, el diseño y la economía de los edificios con la correcta elección de los sistemas de consumo energético y las características de la envolvente para limitar la demanda energética.

Por esta razón, entre otras, tanto desde Gobierno como desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Andorra se apuesta por el correcto cumplimiento de la Ley de Profesiones Tituladas en lo que respecta a colaboraciones o trabajos de arquitectos de fuera de Andorra, asegurando la correcta definición de los edificios con la participación y principal de los equipos profesionales locales.

Esta ley, y su implementación, regulan todos los aspectos que tienen que cumplir los arquitectos extranjeros en el desarrollo de trabajos en Andorra, por lo tanto, es necesario el conocimiento y riguroso seguimiento de esta por parte de nuestros colegas del COAC que planifiquen realizar colaboraciones en el Principado.

Alejandro Suárez, arquitecto. Corresponsal del COAC en Andorra

 

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Revista de corresponsals: ANDORRA: EFICIÈNCIA ENERGÈTICA I CANVI CLIMÀTIC

© Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC)

La normativa per regular l'àmbit de l'eficiència energètica en l'edificació al Principat d'Andorra i col·laborar en la descarbonització es va afirmar l'any 2010 amb l'aprovació per part de Govern del Reglament Energètic en l'Edificació REE (d'acord amb els objectius de desenvolupament sostenible i a la directiva 2010/31UE), establint estàndards en els tancaments dels edificis (tant d'obra nova com existents), amb valors límits mínims de coeficients de transmissió tèrmica que calia assolir per complir el reglament, però, amb visió de futur, també amb valors objectius, desitjables per un millor rendiment.


L'adopció de criteris d'eficiència energètica a Andorra en la construcció i rehabilitació d'edificis, és de vital importància per aquests objectius, ja que la demanda energètica per calefacció al parc construït és actualment del 20% del total del consum nacional, i significa un 28% de les emissions de gasos d'efecte hivernacle.
Estalvi i eficiència són, per tant, les accions principals en les quals treballar als projectes i obres.

Posteriorment, el Reglament de la Certificació de l'Eficiència Energètica en l'Edificació, creat el 2012, obliga a certificar amb etiqueta energètica tots aquells immobles que participen en operacions de compravenda a partir del 2020, o de lloguer a partir del 2023. Així, es qualifica tant l'energia que es consumeix com les emissions de gasos d'efecte hivernacle, des de la A fins a la G, i amb una vigència de 10 anys.

L'actual Llei d'Impuls de la Transició Energètica i del Canvi Climàtic LITEC, del 21/2018, regula que les obres de nova construcció (amb llicència d'obres a comptar des de l'1 de gener de 2020) tindran consum d'energia quasi nul (EEQN, quasi com edificis passius), amb l'obligació de complir amb els valors objectius de coeficients de transmissió tèrmica (deixant de banda els valors límits mínims) del ja mencionat REE; també estableix clarament les exigències energètiques als edificis existents (en actuacions de reformes, ampliacions i rehabilitacions), exceptuant les actuacions en edificis de valor patrimonial o d'interès cultural (de manera semblant al que ocorre amb la normativa tant espanyola com catalana, posant amb claredat l'interès edilici patrimonial per sobre l'eficiència, amb el benentès què són casos puntuals).


La LITEC pretén, de manera primordial, i partint d'una línia base marcada l'any 2010, reduir la intensitat energètica general (no tant sols a la construcció) al Principat, com a mínim un 20% cap al 2030, i un mínim del 30% cap al 2050; però també reduir les emissions no absorbides de gasos d'efecte d'hivernacle, i incrementar el percentatge d'energies de fonts d'origen renovable, envers la producció elèctrica nacional (producció limitada per raons geogràfiques i dimensions del país) o importada (reduint d'aquesta manera la dependència energètica).
Altres efectes de la LITEC, que afecten el desenvolupament de la nostra professió, són potenciar i regular la distribució i comercialització de calor, el qual ja veiem als projectes i obres d'urbanització en xarxes de distribució de calor des de les instal·lacions de producció fins als embrancaments als edificis públics i d'habitatge; així com en l'àmbit edilici, ja que tots aquells immobles amb generació i distribució centralitzada (calor i ACS, refrigeració) per més d'un usuari, han de disposar de comptadors pel repartiment de les despeses corresponents a cadascú.
Per assolir els valors objectius dels coeficients de transmissió tèrmica U als tancaments dels edificis, s'ha de tenir en compte una millora del nivell d'aïllament tèrmic acostumat fins ara, no tan sols amb majors gruixos, sinó també (i especialment) amb la utilització de materials amb lambdes més baixes, amb l'eliminació (o la reducció més gran possible) dels ponts tèrmics, i utilitzant tancaments mòbils d'alt rendiment que garanteixin tant l'aïllament com l'hermeticitat i estanquitat de l'edifici (raó per la qual també s'ha d'incidir en la ventilació i renovació mecanitzada de l'aire interior, sempre amb recuperadors d'energia).


Els càlculs pertinents dels valors necessaris per al compliment de la LITEC, es poden fer de manera global per tot l'edifici (més convenient econòmicament a l'optimitzar les solucions), o unitari per element. Aquest càlcul unitari per assolir els requisits mitjançant elements puntuals, parteix d'una base molt conservadora (tant, que no fa falta justificar les prestacions), amb la no optimització del projecte des del punt de vista econòmic i tècnic.

¿Com ens afecta tot això en la pràctica professional?


En el cas d'edificis existents en ús, siguin d'habitatges o d'altres usos, la millora de l'envolupant tèrmica requereix agregar material sense perjudicar l'ús per part dels ocupants, per tant, actuem generalment per l'exterior. Des de les administracions, s'ha ajustat i modificat el Reglament de Construcció, de manera que els comuns de cada parròquia (ajuntaments) permetin incrementar l'envolupant exterior (que no és poc, quan anem a solucions de 18 o 20 cm. extra d'aïllament més l'acabament), excepte mitgeres i els límits d'edificació en planta baixa respecte a la via pública, afavorint aquestes millores. Tanmateix, es permet superar l'alçada màxima reguladora per superposar sistemes d'aprofitament d'energies renovables sobre cobertes existents. Aquestes actuacions als edificis existents, compten amb el suport financer a fons perdut del programa RENOVA, vigent des del 2011.
En el cas d'obra nova, es permet superar l'alçada màxima per generar energies renovables, però en contrapartida s'obliga a produir com a mínim el 40% de la producció d'ACS mitjançant aquestes energies (aerotèrmia, col·lectors solars, geotèrmia, plaques fotovoltaiques,..). Si parlem d'habitatge unifamiliar o plurifamiliar en entorn urbà, el sistema més pràctic és l'aerotèrmia, per no necessitar molt espai (escàs a l'orografia andorrana), inclòs no és necessari que les unitats exteriors siguin a coberta, característiques aquestes que també té la geotèrmia, però els elevats costos i logístiques de les perforacions ens fan deixar-la de banda; i en el cas de col·lectors solars o plaques fotovoltaiques, la menor eficiència d'una o la necessitat d'espai a coberta de l'altra així com la neu, també aconsellen optar per sistemes com l'aerotèrmia.


En altre ordre, a efectes d'afavorir la descarbonització garantint el desplegament del vehicle elèctric des de l'àmbit de la construcció, hem de proveir punts de càrrega elèctrica als projectes d'aparcaments, tant siguin privats com públics. Per tal de facilitar que a l'any 2050, el 50% del parc automobilístic sigui elèctric (objectiu país), als aparcaments d'ús públic s'ha de disposar d'un punt de càrrega accelerada per cada 100 places, amb un mínim d'una unitat, i als aparcaments en edificis privats, es requereix la previsió (sense cablejar encara), d'un punt de càrrega lenta a cada plaça (en el cas d'unifamiliars, aquesta previsió es limita a un únic punt de càrrega).

Els resultats d'aquestes accions que es van desenvolupar els darreres anys, es poden valorar en les xifres de despeses econòmiques i consum dels edificis, ja que en aquells construïts abans del 2010, havia una necessitat de 106 kWh/m2, mentre que els construïts entre els anys 2010-2019 amb l'aplicació dels valors límits demanaven 40 kWh/m2, fins als 25 kWh/m2 demanats pels construïts a partir del 2020 amb valors objectius (segons dades del Departament d'Acció Climàtica de Govern i d'acord amb un consum d'un habitatge de 100 m2 calefactat amb caldera de gasoil). Evidentment, els costos m2 d'aquests edificis han anat pujant a preu constant a banda de la inflació, per la utilització de més i millors materials aïllants i noves tecnologies, però amb la compensació econòmica per l'estalvi energètic posterior, i la millora de la qualitat de vida amb la reducció de l'emissió de gasos d'efecte hivernacle.

Amb l'objectiu d'una correcta implementació de la LITEC, no tan sols des del disseny tècnic i arquitectònic, sinó també des de la seva posta en obra i execució, especialment per aquelles obres o actuacions considerades obres menors que no requereixen la signatura o presència en obra d'un arquitecte, es realitzarà la segona edició de la Formació d'Aptitud Tècnica per Tècnics d'Obra, després de comprovar a la primera edició del mes de febrer l'interès dels contractistes i professionals a la qual va dirigida. Aquest curs, en el qual col·laborem coordinant el mòdul d'aïllaments tèrmics, certifica la capacitació dels assistents amb un carnet professional obligatori (amb validesa per 10 anys) per exercir a les obres, és impulsat des del Govern d'Andorra (Departament d'Acció Climàtica) i l'ACODA (Associació de Contractistes d'Obres d'Andorra).

El coneixement de la singularitat d'Andorra quant a la normativa nacional i comunal, de les solucions constructives i tècniques acostumades, dels materials disponibles, l'entorn natural i el clima des de les parròquies baixes fins a les de muntanya, inclòs el tipus d'ús previst pels habitatges (continu, temporada, cap de setmana, ...), permeten equilibrar des dels primers esbossos del projecte, el disseny i l'economia dels edificis amb la correcta elecció dels sistemes de consum energètic i les característiques de l'envoltant per limitar la demanda energètica.
Per aquesta raó, entre d'altres, tant des de Govern com des del Col·legi Oficial d'Arquitectes d'Andorra és que s'aposta pel correcte compliment de la Llei de Professions Titulades en el que respecta a col·laboracions o treballs d'arquitectes de fora d'Andorra, assegurant la correcta definició dels edificis amb la participació activa i principal dels equips professionals locals.

Aquesta llei, i la seva implementació, regulen tots els aspectes que han de complir els arquitectes forans en el desenvolupament de treballs en Andorra, per tant, és necessari el coneixement i rigorós seguiment de la mateixa per part dels nostres col·legues del COAC que vulguin realitzar col·laboracions al Principat.

Alejandro Suárez, arquitecte. Corresponsal del COAC a Andorra

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