Puntúa de l'1 al 5 els següents aspectes de les noves seccions.
Pregunta 1 2 3 4 5
Disseny del nou entorn
Facilitat d’ús
Utilitat de les gestions que pots realitzar
Impressió general

Revista de corresponsales: San Francisco post COVID: una ciudad que no se recupera

© Lea Eidler

La CDC (Centro para el control y prevención de enfermedades) de Estados Unidos declaró la emergencia de salud pública de la COVID como finalizada el día 11 de Mayo de 2023.

Aunque ya no es necesario estar vacunado para entrar en el país o llevar mascarilla en los hospitales o en el transporte público, la ciudad está muy lejos de recuperarse de los últimos 3 años de pandemia.

Durante el confinamiento, como en el resto del mundo, muchos comercios tuvieron que cerrar puertas, dejando un paisaje medio desolado en la ciudad. Lo que está sorprendiendo muchísimo a la ciudadanía es que tres años después, algunas zonas de la ciudad no sólo no se han recuperado sino que han ido a peor.

A día de hoy, el Downtown de San Francisco está más desolado que nunca. Aproximadamente un 47% de los negocios de la zona han cerrado desde 2019. Esto está creando un paisaje inédito en el centro de la ciudad, donde parece que, mientras se pasea, uno esté en una ciudad abandonada.

Las últimas pérdidas de la zona son el centro comercial que se encuentra justo en el centro frente a la calle más turística de la ciudad, donde los propietarios han dejado de pagar alquiler; y unos grandes almacenes que ocupaban 3 plantas y 1600m2 de uno de los edificios de esquina más prominentes de la ciudad.

Otros factores que consolidan esta crisis urbana son, por un lado que más del 30% de los edificios de oficinas se encuentran vacíos y sin perspectiva de nuevos inquilinos, y el hecho de que dos de los principales hoteles de la zona - uno de ellos el Hilton hotel- hayan decidido irse ha creado un vacío y una sensación de inestabilidad. Por otra parte, el hecho de que los niveles de sin techo, crimen e inseguridad en la zona se han disparado. 

No es nada nuevo que San Francisco tiene un problema con la población sin techo. El problema actual es la cantidad de tráfico de drogas que se lleva a cabo en la calle, en plena luz del día sin que el gobierno o la policía haga nada al respecto. Las situaciones que se viven en la calle o de camino al trabajo son inconcebibles. Caminar por la ciudad ya no es seguro y este hecho está teniendo un impacto muy grande en la recuperación de la ciudad, ya que no sólo hay zonas que ya no son seguras para andar sino que muchos comercios han cerrado por las reiteradas oleadas de violencia y robos que han sufrido en los últimos dos años.

Desde el gobierno y la alcaldía de la ciudad se intenta llevar a cabo iniciativas para paliar esta situación, pero el problema es estructural ya que no existe una infraestructura adecuada que pueda gestionar el volumen de necesidad que existe. Una de las iniciativas que se llevan a cabo repetidamente son la construcción de vivienda social, pero el ritmo al que se aprueba, se construye y se distribuye, no permite satisfacer la demanda.

Algunos expertos empresarios entendidos en el tema sugieren que la revitalización vendrá en el 2024 pero mientras esto no se convierte en una realidad, los ciudadanos debemos vivir en una ciudad más cercana a la distopía de lo que nunca hubiéramos imaginado.

 

Lea Eidler, arquitecta. Corresponsal del COAC en San Francisco. Julio 2023

PDF version

Tornar

Revista de corresponsals: San Francisco post COVID, una ciutat que no es recupera

© Lea Eidler

La CDC (Centre pel control i prevenció de malalties) dels Estats Units va declarar l’emergència de salut pública de la COVID com a finalitzada el dia 11 de Maig de 2023.

Tot i que ja no és necessari estar vacunat per entrar al país o portar mascareta als hospitals o al transport públic, la ciutat està ben lluny de recuperar-se dels últims 3 anys de pandèmia.

Durant el confinament, com a la resta del món, molts comerços van haver de tancar portes, deixant un paisatge mig desolat a la ciutat. El que està sorprenent moltíssim a la ciutadania és que tres anys després, algunes zones de la ciutat no tan sols no s'han recuperat sinó que han anat a pitjor.

A dia d’avui, el “downtown” de San Francisco està més desolat que mai. Aproximadament un 47% dels negocis de la zona han tancat des del 2019. Això està creant un paisatge inèdit al centre de la ciutat, on sembla que, mentre es passeja, un estigui en una ciutat abandonada.

Les últimes pèrdues de la zona són el centre comercial que es troba just al centre davant del carrer més turístic de la ciutat, on els propietaris han deixat de pagar lloguer; i uns grans magatzems que ocupaven 3 plantes i 1600m2 d’un dels edificis de cantonada més prominents de la ciutat.

Altres factors que consoliden aquesta crisi urbana són, per una banda que més del 30% dels edificis d’oficines es troben buits i sense perspectiva de nous inquilins, i el fet que dos dels principals hotels de la zona - un d’ells el Hilton hotel- hagin decidit marxar ha creat un buit i una sensació d’inestabilitat. Per altra banda el fet que els nivells de sense sostre, crim i inseguretat a la zona s’han disparat.

No és gens nou que San Francisco té un problema amb la població sense sostre. El problema actual és la quantitat de tràfic de drogues que es duu a terme al carrer, en plena llum del dia sense que el govern o la policia faci res al respecte. Les situacions que es viuen al carrer o de camí a la feina són inconcebibles. Caminar per la ciutat ja no és segur i aquest fet està tenint un impacte molt gran en la recuperació de la ciutat, ja que no només hi ha zones que ja no són segures per caminar sinó que molts comerços han tancat per les reiterades onades de violència i robatoris que han patit els darrers dos anys.

Des del govern i l’alcaldia de la ciutat s’intenta portar a terme iniciatives per pal·liar aquesta situació, però el problema és estructural ja que no hi ha una infraestructura adequada que pugui gestionar el volum de necessitat que hi ha. Una de les iniciatives que es porten a terme repetidament són la construcció d’habitatge social però el ritme al qual s’aprova, es construeix i es distribueix, no permet satisfer la demanda.

Alguns experts empresaris entesos en el tema suggereixen que la revitalització vindrà el 2024 però mentre això no es converteix en una realitat, els ciutadans hem de viure en una ciutat més propera a la distòpia del que mai ens haguéssim imaginat.

Lea Eidler, arquitecta. Corresponsal del COAC a San Francisco. Juliol 2023

PDF version

Tornar

Revista de corresponsales: Las certificaciones en materia de sostenibilidad en construcción: el DGNB de Alemania

© pxfuel fotos

La sostenibilidad es un concepto que se ha vuelto cada vez más relevante en el ámbito de la arquitectura, especialmente ante los desafíos ambientales y sociales que enfrenta al mundo actual, de tal forma que diseñar y construir edificios que minimicen el impacto negativo sobre el entorno natural y humano, y que optimicen el uso de los recursos energéticos y materiales ya no es una opción, sino que se ha convertido en una necesidad. No obstante la sostenibilidad también busca mejorar la calidad de vida de las personas que habitan o visitan los espacios arquitectónicos, así como promover la participación y la responsabilidad social y estos aspectos todavía no se ven implementados en la gran variedad de certificaciones de sostenibilidad disponibles en actualidad como veremos en este artículo.

Alemania es uno de los pioneros y líderes mundiales en el desarrollo e implementación de estrategias y normativas para fomentar la construcción sostenible, así como en la innovación y la investigación en este ámbito. Existen numerosos certificados dentro y fuera de Europa que acreditan la sostenibilidad en arquitectura en distintas categorías. La mayoría de las certificaciones existentes son de origen privado, lo que dificulta su integración con las normas públicas de los Estados. Por eso, la Unión Europea realizó en 2014 un estudio para crear un sistema común de certificación de edificios no residenciales y de uso público. El propósito del estudio era proponer una certificación única para la Unión Europea y buscar formas de mejorar y estandarizar los certificados de eficiencia energética en cuanto a coherencia, utilidad, accesibilidad y precisión. Si bien no se logró avanzar en un certificado europeo conjunto, el estudio sí permitió tener una visión más clara de los diferentes tipos de certificación y el foco de atención de cada una de ellas.

El documento clasifica las principales certificaciones mundiales en 3 grupos según el éxito de mercado, alto, medio y bajo. Dentro de las certificaciones de alto éxito de mercado encontramos en el ámbito internacional la certificación LEED (EE.UU., 1993) y la certificación BREEAM (Reino Unido, 1990). En el ámbito europeo existe una gran variedad de certificaciones, de las que podrían destacarse dentro de las de alto éxito de mercado el PassivHaus (Alemania, 1988), HQE (Francia, 1992), el Minergie (Suiza, 1998) ) así como el VERDE (España, 2007), si bien éste último no se consideraba en el estudio de la CE como una certificación de bajo éxito de mercado. Sumado a las certificaciones anteriores, una de las más extendidas en países de habla germánica y del que nos ocuparemos en este artículo, es la certificación DGNB (2007), del Consejo Alemán para la Construcción Sostenible.

El sistema de certificación de sostenibilidad en edificios DGNB es una herramienta que evalúa el desempeño ambiental, social y económico de las construcciones, desde su diseño hasta su uso y mantenimiento. El objetivo de esta certificación es promover una arquitectura que contribuya al desarrollo sostenible, reduciendo el impacto negativo de los edificios sobre el medio ambiente y la salud de las personas.

El sistema DGNB se basa en un concepto holístico de la sostenibilidad, que considera aspectos como la calidad ambiental, la eficiencia energética, el confort y la seguridad de los usuarios, la funcionalidad y la adaptabilidad de los espacios, la accesibilidad, la calidad técnica y constructiva, y la viabilidad económica a lo largo del ciclo de vida del edificio. Este aspecto holístico lo diferencia de los otros sistemas de certificación mencionados anteriormente, especialmente los más antiguos, que evalúan principalmente la sostenibilidad ecológica de un edificio y no aspectos más vinculados a la usabilidad y al confort (exceptuando el sistema WELL (EE.UU., 2014) ) que precisamente se enfoca en la salud y bienestar de los ocupantes y la certificación española VERDE, que incluye un apartado valorando los aspectos sociales).

Para obtener la certificación DGNB, el edificio debe cumplir con unos requisitos mínimos y conseguir una puntuación global según los criterios establecidos por la entidad que desarrolló y gestiona este sistema. El sello de calidad para la construcción sostenible se otorga en los niveles de calidad platino, oro, plata y bronce en función del porcentaje obtenido en los parámetros que definen a una categoría concreta de sostenibilidad.

Además abre la posibilidad de adaptarse a cambios técnicos y sociales; en el caso de la accesibilidad por ejemplo, implica que se cumplan los requisitos necesarios para una implementación más exhaustiva de la accesibilidad en caso de necesidad (lo que se produce cuando se contrata a un empleado con necesidades especiales); también incluye diferencias específicas de cada país, como las condiciones climáticas o los requisitos legales y estructurales en la evaluación.

En cooperación con organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro en el extranjero, el sistema de certificación de la DGNB se adapta a los requisitos de las distintas regiones del mundo. Sin embargo, la asociación proporciona una versión internacionalizada del sistema DGNB para todos los países, lo que permite certificar a nivel mundial sin mayores ajustes y se basa en las normas y estándares europeos actuales.

Hay que tener en cuenta que aunque en Alemania tiene dos sistemas de calificación con relevancia en el sector (DGNB y PassiVHaus), éstos coexisten con otras certificaciones de ámbito internacional, sobre todo LEED y BREEAM. Ante la variedad de estándares y opciones de certificación disponibles, ¿cómo elegir el sistema más adecuado? La respuesta depende de las características específicas de cada proyecto. Es esencial considerar que cada proyecto, cada cliente y cada inversor tiene distintas prioridades y necesidades. Por ejemplo, los actores internacionales suelen optar por estándares internacionales para construir y evaluar sus edificios en distintos países siguiendo el mismo criterio. Las empresas que operan a nivel nacional se inclinan normalmente por un estándar nacional, en este caso, alemán. Estas decisiones responden a estrategias definidas por los clientes finales.

Dada la actual variedad de sistemas de certificación es interesante que vayan implementándose y extendiéndose los criterios de estos certificados, como ocurre con el DGNB, porque repercute directamente en la calidad de los aspectos valorados en el edificio y al mismo tiempo es una herramienta que complementa a las normativas existentes, en tanto que crea una cierta distinción y verifica una excelencia. Lo ideal sería que si siguen extendiéndose las certificaciones poco a poco la excelencia en edificación sostenible pueda acabar convirtiéndose en el estándar y no en la excepción.

 

Carlos Vidal Wagner, arquitecto. Corresponsal del COAC en Frankfurt, Alemania. Mayo 2023

 

Fuentes:

https://www.dgnb.de/de/index.php

https://trinomics.eu/project/market-study-for-a-voluntary-common-eu-certification-scheme-for-the-energy-performance-of-non-residential-buildings/

https://www.realestate.bnpparibas.de/en/blog/esg/green-building-certification-systems

Foto: https://www.pxfuel.com/es/photos (foto lliure de copyright)

PDF version

Tornar

Revista de corresponsales: Reciclando las mentes, un punto de vista diferente sobre la sostenibilidad en Australia

© Victor Olivar Alcami

El tema de la sostenibilidad lleva tiempo suficiente sobre la mesa como para merecer un artículo; empezaremos con tres preguntas básicas.

• ¿Cuál es la acción insostenible que está afectando al planeta de la forma más urgente?

• ¿Cuáles son los países más insostenibles en este asunto?

• ¿Cuál es la contribución de los arquitectos para revertir esta situación?

Sobre la dualidad entre el mundo natural y lo artificial -o humano-, diré que se trata de una herencia de la mentalidad de algunas religiones y algunas ciencias como la Darwiniana que ponen a la humanidad en el centro del pensamiento y el análisis, con la intención de clasificar los actos humanos de una forma diferente y especial. Sin embargo, resulta que la humanidad es un conjunto de animales y, por tanto, los actos humanos, no dejan de ser naturales (1*)

Si alguien se ha preguntado alguna vez cuál es el propósito en el mundo de nuestro conjunto orgánico al que llamamos “homo sapiens” (2*), basta con pensar en cualquier monte de desechos y abrazar la imagen como resultado natural de nuestra especie.

En el mundo hay muchos hechos que se convierten en profundamente nocivos para la vida orgánica que beneficia a los humanos y, debido al fuerte impacto que nuestras acciones tienen sobre nosotros mismos y nuestro conjunto orgánico, nosotros somos los causantes de nuestra propia extinción y de los animales, insectos y vegetaciones hermanadas que nos permiten vivir.

Si el planeta Tierra tuviera algún tipo de conciencia, podríamos decir que, por lo general, que haya vida en la superficie o no, le sería totalmente indiferente. La Tierra se renovará de nuevo y otro tipo de seres vivientes ocuparán nuestro sitio.

Hecha esta introducción, vamos a resolver la primera pregunta. Resulta pues que más allá del material de desecho, ya sea orgánico, reciclable o no, tóxico y/o radioactivo -que, con más de 2,000 bombas nucleares tiradas desde la invención de esta arma de destrucción, daría mucho de qué hablar (3) *)-, el tema que genera mayor presión debido a su impacto en el calentamiento global son las emisiones de CO2.

Resulta curioso ver que los países con mayor GDP, son también los que tienen una mayor producción de CO2. Al tratarse de los países más ricos y la forma de medir el CO2 se hace por países en vez de por negocios, existen básicamente dos formas de reducir las emisiones sin tener que hacer ningún cambio en las industrias: externalizar la producción de bienes a otros países y/o comprar “offsets” de producción de CO2.

Por tanto, no es tan evidente llegar a encontrar la información adecuada ya que al final los países ricos acaban pagando para externalizar su responsabilidad; en otras palabras, pagan por externalizar su sentimiento de culpabilidad.

Y pues, ¿cuáles son los países con más producción de CO2 per cápita? Pues países como Brunei, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Trinidad y Tobago. ¿Y por qué estos países? Pues resulta que son todos los grandes productores de petróleo del planeta. Éste sería un ejemplo de externalización de la producción de los países ricos al igual que los procesos de manufactura de muchas industrias del primer mundo se encuentran situados en China, India...

En la siguiente ronda de países contaminantes con los índices de producción de CO2 per cápita más elevados del mundo, y haciendo un análisis de economías más complejas no basadas en la economía del petróleo-quizás sorprende encontrar que australiano situada en primera posición con 15 ,09 toneladas de CO2 producido per cápita en 2021 (4*). Esta cifra es tres veces más que la media de CO2 producido en 2017 (5*)

Australia tiene mucha minería, pero sobre todo tiene mucha producción de carbón. El 33.6% de los gases de efecto invernadero en Australia se deben a la producción de energía. Es aquí donde el carbón forma parte esencial de la ecuación; en Australia todavía se utiliza carbón para generar energía puesto que se trata de una fuente muy barata.

Pero la pregunta clave ¿cómo es posible que un país con la extensión de terreno tan grande y tanto de Sol, todavía haga uso de la extracción fósil del carbón y no de la energía solar o incluso la atómica? La respuesta es más política que racional; los sectores más poderosos del país están completamente ligados a la industria minera.

Pese a alguna pequeña victoria mediática como el primer bloqueo de apertura de una nueva mina de carbón en 2023 por estar localizada en la Gran Barrera de Cora, parece que el proceso de cambio será lento y complicado.

Mientras, en una especie de mirada monolítica y miópica -también heredada de la perspectiva centrípeta de los arquitectos de los últimos siglos- en todas partes no paramos de escuchar la misma pregunta: ¿cuál sería el papel de los arquitectos al revertir esta situación?

Y de repente toda la industria de la construcción, causando del 30-40% de la producción de gases de efecto invernadero del planeta, comienza a medir la sostenibilidad de los procesos de producción con, entre otros, los Green Star Ratio; o con la certificación de las Passive Houses... Todas estas parecen, en principio, buenas estrategias en la redefinición de la industria de la construcción.

Sin embargo, el impulso actual hacia la medición de todos los procesos y la confianza actual en la ciencia numérica no deja de ser un proceso elitista que, a pesar de bien intencionado y mejor que no hacer nada al respecto, no deja de mostrar algunas grietas que no parecen tan evidentes en un primer análisis.

En un artículo que se podría traducir por “¿Es el reciclaje el problema, no la solución?” (7*), el autor hace referencia al punto de vista sobre el reciclaje del periodista australiano Jason Murphy en contra de facilitar el reciclaje. Comenta el artículo que en Alemania se introdujo un sistema para presionar y reducir el tamaño de las botellas de plástico para facilitar el proceso de reciclaje por parte de los usuarios antes de lanzarlas al contenedor de reciclaje. El resultado de la implementación de este avance en el sistema de reciclaje hizo que, al año siguiente, el consumo de botellas de plástico se multiplicara exponencialmente a expensas de una reducción del consumo de botellas de vidrio -obviamente mucho más sostenible que el plástico-. Por tanto, lo que parecería en principio una buena idea, podría acabar teniendo un efecto contrario; entramos en el campo de la psicología (8*).

De forma equiparable, la solución de crear más carreteras para solucionar un exceso de tráfico ha demostrado generar aún más excesos de tráfico ya que motiva a la población a coger más el coche a través de facilitar y ampliar las opciones de uso.

Por tanto, la clave de la sostenibilidad real recae en nuestra percepción. Podemos medir todo lo que queramos para sentirnos mejor y reducir los niveles de culpabilidad de nuestro nivel de vida, pero el cambio real recae en la forma que tenemos de situarnos en el mundo. No tiene mucho sentido vivir en una Passive House totalmente equipada con todo lo que creemos que necesitamos (habitaciones para invitados, habitaciones para lavadora y secadora, dos salas de estar, microondas, coche, más de dos hijos/as…) y seguir con nuestra vida satisfechos de nuestra contribución a plantar árboles en el mundo.

Aquí es donde es necesario ser más radicales en la propuesta y parece que la capacidad de sostenibilización de una sola pregunta es absoluta: ¿realmente necesitamos todas estas cosas?

De la misma manera que el concepto de desecho existe, ¿qué es un desecho? Qué concepto más perverso el de aceptar que algo no sirva para nada más que ser echado al bosque. Es en esta aceptación que la producción monolítica y desechable domina el mundo actual. El reciclaje no es una solución, sino una alternativa al problema. La producción de objetos debería estar pensada desde una cadena de usos consecutiva desde el principio en el proceso de concepción, de una forma más compleja en la variedad de usos, y tratando de evitar los procesos de destrucción.

Está claro que esta forma de ver el mundo requiere de un cambio más profundo y no será tan inmediato, pero si alguien me vuelve a preguntar cuál es el papel de los arquitectos al revertir esta situación, la respuesta es bastante evidente: trabajar en el mundo de las ideas para crear un mundo con unos valores y procesos de producción regenerativos. La sostenibilidad "de datos" actual, la podemos dejar para los técnicos.

 

Victor Olivar Alcami, arquitecto. Corresponsal del COAC en Sydney, Australia. Abril 2023

 

1* “Ecology against Mother Nature”, Slavoj Zizek

2* “Ens farem humans?”, Eudald Carbonell

3* “A Time-Lapse Map of Every Nuclear Explosion Since 1945 - by Isao Hashimoto

4*”Map of Greenhouse Gas emision”, Our World in data.org

5* “Where in the world do people emit the most CO2?”, Hannah Ritchie, Our Word in data

6* “Australia blocks coal mine to protect Great Barrier Reef” BBC, 8th February 2023

7*” Is recycling the problem, not the solution?” Liam Mannix, 15th Nov 2022, The Sydney Morning Herald.

8*” The warm glow of recycling can make us more wasteful”, Jenny Van Doorn & Tim Kurz, Journal of Environmental Psychology

Volume 77, October 2021

PDF version

Tornar

Pages