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Nueva York para las obras: Nuestro corresponsal nos lo explica

© Pixabay

La semana del 16 de marzo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, recomendó a los ciudadanos que trabajaran desde casa, cerró restaurantes y bares y clausuró las escuelas para prevenir la propagación de la Covid-19. Sin embargo, el mundo de la construcción y las obras permaneció abierto lleno de vida ignorando la creciente petición, por parte de congresistas, de detener las "obras no esenciales" inmediatamente.  

El defensor de la ciudadanía, Jumaane Williams, conjuntamente con los miembros del Consejo Municipal de Nueva York Brad Lander y Carlos Menchaca, pidió formalmente al Departamento de Edificación (DOB) que siguiera el ejemplo de otras grandes ciudades de Estados Unidos, como Boston o San Francisco, y suspender todas las obras no esenciales. Proyectos necesarios como los trabajos en hospitales y centros sanitarios, infraestructuras públicas, vivienda social y centros de acogida para personas sin techo, junto con las reparaciones de urgencia, quedarían exentos de estas medidas.

"Somos conscientes de que el retraso en las obras supone un coste y unos intereses adicionales; y que serán necesarias ayudas del Gobierno, del estado y de la ciudad para la recuperación económica ", escribieron las tres personalidades al alcalde Bill de Blasio.  

"Para proteger la salud de los operarios de la construcción, sus familias y los ciudadanos de la ciudad, se debe tomar esta difícil decisión [de detener todas las obras no esenciales], y sumarse así a la ya agresiva política de distanciamiento social. A pesar de que algunas de las obras son exteriores, incluso en aquellos casos en que los operarios se congregan en grupos, viajan en metro o furgoneta y dejan a sus hijos en guarderías. Estos son precisamente los tipos de contacto que hay que reducir para prevenir la propagación de la Covid-19, manteniendo todos los operarios de obras no esenciales en casa. " 

El DOB recomendó a los contratistas y constructores que tomaran todas las medidas necesarias para proteger a la población y los trabajadores, incluyendo las medidas e instrucciones anunciadas por el Departamento de Salud. El alcalde comunicó que continuarían debatiendo cómo afrontar la situación en el ámbito de la construcción, un sector crucial para la economía y el desarrollo de la ciudad. Mencionó el confinamiento en casa que se había decretado en San Francisco -semejante al que vive actualmente Cataluña-, que restringe las construcciones privadas de tipo residencial y comercial y que podría ser un posible modelo para Nueva York.

Desde el punto de vista de la ciudadanía, parece que la ciudad de Nueva York atrasada en la toma de decisiones para tratar la situación en que se encuentra inmerso el mundo. La facilidad de los ciudadanos para estar informados sobre la afectación en otras ciudades y países ha desencadenado episodios de pánico, sobre todo en cuanto al abastecimiento de productos vitales como alimentos y medicinas.   

Finalmente, el viernes pasado, Andrew Cuomo, gobernador del estado de Nueva York, en una de sus comparecencias en la televisión, decretó que a partir de la semana del 23 de marzo comienza el confinamiento en casa de todos los ciudadanos que no trabajen en ámbitos esenciales. Con esta medida se quiere prevenir la propagación del virus, pero sobre todo la escalada de síntomas, que está provocando una alarmante sobreocupación de camas de hospital.    

Con este anuncio los operarios del sector de la construcción se quedarán en casa y todas las obras activas quedarán oficialmente paradas. La ciudad que nunca duerme permanecerá, por fin, en cuarentena.    

Víctor Alavedra, arquitecto. Corresponsal del COAC en Nueva York. Marzo de 2020 

 

Fuentes de información 

NYpost 

 

DailyNews 

 


 

 


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