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Catalans a Leipzig - Fira Europea de Restauració i Rehabilitació del Patrimoni. DENKMAL

Catalanes en Leipzig -Feria Europea de Restauració i Rehabilitació del Patrimoni- Denkmal

© Guida Maymó Camps

Del 6 al 8 de noviembre de 2014 tuvo lugar en Leipzig la Feria Europea de Restauración y Rehabilitación del Patrimonio "Denkmal", una de las ferias más activas y con más tradición de Europa y que este año cumplía su 11ª edición. Además de los numerosos stands alemanes y de una presencia más notoria de países del Noreste de Europa, la Feria también contó con presencia catalana. A pesar de la huelga de trenes que afectaba toda Alemania, fueron cerca de trece mil los visitantes que se acercaron.

Participantes

Denkmal es la feria de referencia en restauración que se celebra en el norte de Europa. Una de sus particularidades es la transversalidad: asisten tanto instituciones y administraciones que promueven y preservan el patrimonio como el tejido industrial y empresarial que trabaja en este sector. Así, este año la feria contaba con la presencia de los Ministerios de Cultura de países como por ejemplo Rusia; representaciones de los gobiernos de los Lands como Berlin, Brandenburg o Hessen, y secciones de los gobiernos locales que gestionan el patrimonio de grandes ciudades, como la misma ciudad de Leipzig, San Petersburgo o Barcelona. También asistieron universidades europeas donde se enseñan las diferentes disciplinas relacionadas con el patrimonio, exponiendo los másters y estudios que imparten. Cabe decir que Leipzig es una ciudad con mucho movimiento universitario y científico.

En cuanto a la presencia de la indústria, en la Feria se reunieron expositores de diversos productos de construcción sostenible aplicada a la restauración de patrimonio, conjuntando materiales tradicionales como el adobo con tecnología como la del suelo radiante. También se podían encontrar Asociaciones de restauradores y de amigos del patrimonio, así como una fuerte presencia de materiales de aplicación en el campo de la restauración como pinturas, proyectados de partículas, tratamientos y revestimientos, haciendo patente así el tema de la feria de este año: fachadas históricas; estuco, yeso, pintura.

En cuanto a los oficios, destacaba la presencia del Gremio de carpinteros tradicionales alemanes, que mantienen la tradición de, una vez terminada la formación, irse a dar vueltas por el mundo haciendo dos años de aprendizaje itinerante en casas de otros carpinteros, que los acogen y enseñan sus técnicas a cambio de que ellos les ayuden en sus encargos. Estos carpinteros son conocidos para cuidarse de las grandes cerchas de las cubiertas de los edificios, ya Denkmal llama la atención vestidos con sus tradicionales pantalones y chaleco de pana negra, con grandes botones blancos y sombreros de diversos tipos.

Nuestro stand

Las grandes ciudades que exponen en la feria actuaban como paraguas de otras instituciones y empresas. Este es el modelo del stand de Berlín y que, más modestamente, hemos podido hacer también desde el Observatorio de Barcelona para la Rehabilitación Arquitectónica (OBRA), cuyo COAC es miembro. Este modelo de gestión ha hecho posible la presencia de tantas entidades catalanas en la Feria (además de OBRA y Hábitat Urbano del Ayuntamiento de Barcelona, ​​COAC, CAATEEB, UPC y AADIPA).

El Col·legi d’Arquitectes de Catalunya estuvo presentando las obras participantes en la Muestra de Arquitectura de Barcelona, ​​el proyecto de rehabilitación de la fachada de plaza Nueva, la actividad formativa de la Escuela Sert, la Red de corresponsales y el Premio Europeo AADIPA de Intervención en el Patrimonio Arquitectónico.

Mejor con arquitectos

Tuvimos especial complicidad con quizás uno de los stands institucionales más activos, el del Colegio de Arquitectos de Sajonia (www.aksachsen.org), que, con numerosos paneles y charlas, divulgaba y defendía la figura del arquitecto con el lema "Besser mit Architekten" - "Mejor con arquitectos", que nos hizo recordar nuestro Sí a la Arquitectura.

Guía Maymó, arquitecta
Corresponsal COAC en Hamburgo, Alemania.

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Corso Francia y la colonia industrial Leumann. Testimonios del nacimiento y crecimiento de la Turín industrial.

© Aina Pérez i Verge

Introducción
 

El pasado mes de octubre una amiga me descubrió el "Villaggio Leumann", una de las muestras de colonia industrial más importantes y mejor conservadas de Italia -a ti que eres arquitecto, seguro que te interesará mucho- me dijo. Reconozco que es una frase que me dicen de vez en cuando y que casi siempre significa el preludio de un pequeño descubrimiento. Y eso es lo que me encontré, un oasis tranquilo junto a una gran avenida de 4 carriles muy transitada y rodeada de edificios de viviendas de 6 y 7 plantas. Paseando por esta ex colonia textil, lo primero que me vino a la cabeza fue hacer una lectura comparativa con la colonia Güell de Gaudí:

  • Ambas se construyeron a finales del siglo XIX principios del siglo XX.
  • Ambas fueron proyectadas por los principales exponentes del modernismo local, Pietro Fenoglio y Antoni Gaudí.
  • Ambas cerraron debido a la crisis textil de los inicios de los años 70 del siglo XX.
  • Y finalmente, ambas están consideradas importantes muestras de arquitectura industrial y están protegidas por las instituciones.

    Personalmente, la visita al "Villaggio Leumann" me ha permitido conocer y entender los inicios del desarrollo de Turín a partir del último cuarto del siglo XIX, una ciudad que ha sido la capital industrial de Italia durante muchas décadas y que sigue muy ligada a este pasado. Por ello, he decidido escribir este artículo aunque no sea un artículo de actualidad, ya que me ha ayudado a profundizar mejor el contexto en el que trabajo. 

    Corso Francia y la colonia industrial Leumann. Testigos del nacimiento y crecimiento de la Turín industrial 


Corso Francia es una de las vías principales de Turín y sus 11,6 km la convierten en la avenida recta más larga de Europa. Esta perspectiva, de gusto barroco, fue proyectada por Vittorio Amadeo II de Saboya en 1711 uniendo de forma televisiva pero no real, el castillo de Rivoli, una de las muchas residencias reales, con Superga, la iglesia construida como voto religioso para dar gracias por la derrota del ejército francés en 1706.

En realidad esta avenida nace en Plaza Statuto, en la zona del centro de Turín y sigue con un trazado perfectamente rectilíneo atravesando la ciudad en dirección oeste, uniéndola con los pueblos vecinos de Collegno y Rivoli.

Ya en el siglo XVIII este eje viario es muy importante para la corte porque une el Palacio Real, en el centro de la ciudad, con el castillo de Rivoli. Es por este motivo que a lo largo de Corso Francia nacen varias villas • las y palacetes de la nobleza turinesa.

Durante el último cuarto del siglo XIX, la zona adyacente a Plaza Statuto, se desarrolla de manera importante y se forma el nuevo barrio de Cit Turin, "Pequeño Turín" en piamontés, que será el área de residencia de la nueva y creciente clase de industriales. Precisamente por ello, en el nacimiento de la avenida surgen los primeros edificios de estilo Modernista, el Liberty turinés, muy influenciado por las escuelas francesas y belgas y que a menudo recuerda a la obra de Guimard en París.

La creciente industrialización de la ciudad se debe a algunos hechos ligados a la unificación del Reino de Italia en 1861. En primera instancia, Turín se convirtió en la capital del Reino, ya que era la residencia de la dinastía de los Saboya, pero muy pronto por motivos políticos la ciudad perdió la capitalidad, que pasó a Florencia en 1864 y se trasladó finalmente a Roma en 1871.

Para compensar la pérdida de riqueza ligada a la pérdida de centralidad y funciones de una capital, la ciudad decide ofrecer facilidades fiscales y terrenos a bajo precio que, unidos a una buena oferta de mano de obra a coste reducido, hacen que Turín se convierta en un polo de atracción para los capitales industriales locales y extranjeros.

A partir de 1871 la moderna línea de ferrocarril a vapor une, siguiendo el eje de Corso Francia, la ciudad de Turín con Collegno, Rivoli, y continuando por el Valle de Susa, con Modane en Francia, a través del nuevo túnel del Frejus.

Gracias a todas estas premisas y aprovechando los canales de riego presentes en los campos de cultivo situados en las afueras de Turín dentro del municipio vecino de Collegno, en 1875, un emprendedor industrial suizo, Napoleón Leumann, decide trasladar la empresa familiar en esta zona . Adquiere un terreno de 60.000m2 cerca del ferrocarril y allí construye su proyecto de colonia industrial alrededor de su fábrica de algodón.

Esta colonia se inspira en la corriente social paternalista que nace en Gran Bretaña con la Revolución Industrial y que concibe el conjunto como un núcleo totalmente autónomo donde los trabajadores de la fábrica viven con sus familias, transcurren el tiempo libre y gozan de instituciones sociales y sanitarias muy avanzadas para su tiempo. Según Leumann, una organización urbanística y una arquitectura de los edificios adecuada, unida a una mejora en la calidad de vida de los trabajadores se traduce directamente en una mejora de los productos que salen de la fábrica.

El proyecto de la colonia lo realiza Pietro Fenoglio, el principal exponente del estilo Liberty turinés, y se construye entre el 1875 y el 1907. El conjunto adyacente a la fábrica de algodón contiene todo lo necesario para una comunidad: las casas de los trabajadores, la escuela, la iglesia, un gimnasio, un círculo deportivo, los baños públicos, una cooperativa, un hotel, una residencia para señoritas solteras, una oficina de correos e incluso una pequeña estación ferroviaria para los trabajadores que vivían fuera de la colonia.

Los principales edificios comunes como la fábrica, la iglesia, la escuela o los baños se construyeron en estilo Liberty, en cambio las residencias para los trabajadores, la estación y la entrada de la colonia, se concibieron en un estilo que recuerda la arquitectura tradicional de Suiza, el país de origen de Leumann.

Hoy en día todavía hay 120 viviendas en uso repartidos en 59 casas con jardines y huertos en la planta baja. Dos de los edificios más importantes y singulares de la colonia son la iglesia y la escuela, aún hoy en día utilizados para estas funciones.

Leumann, a pesar de ser de religión calvinista, hizo construir una iglesia tal como pedían los residentes. La iglesia estaba dedicada a Santa Elisabetta en recuerdo a su madre y es uno de los pocos ejemplos de edificios religiosos construidos en estilo Liberty de la zona. De dimensiones muy reducidas, se caracteriza por una fachada protagonizada por un juego de bandas de dos colores, rosa y beige, los dos campanarios simétricos decorados con motivos geométricos y un rosetón con vitrales.

 

Una de las convicciones más firmes de Leumann era que una buena educación era el elemento fundamental para formar buenos trabajadores en un futuro, y es por ello que en 1903 hace construir la escuela.

En la escuela iban los hijos de los trabajadores de la fábrica pero también la utilizaban los residentes de Collegno, ya que en el pueblo no había ninguna otra escuela, además se impartían cursos nocturnos para los trabajadores que así lo desearan.

Era una escuela con métodos didácticos muy avanzados para su tiempo, los libros de texto eran gratuitos y había una biblioteca importante. Organizaban concursos con premios para fomentar el estudio, se incluían clases de gimnasia diarias y revisiones médicas periódicas.

Hoy en día la escuela y muchos otros edificios de la colonia se utilizan como equipamientos municipales de Collegno que garantiza su conservación y supervivencia, protegiéndolo de la especulación urbanística que se produjo con el desarrollo y crecimiento de la zona.

Página web de la colonia industrial: www.villaggioleumann.it

Aina Pérez Verge, arquitecta
Corresponsal COAC en Turín, Italia.

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Urban agriculture: something more than a transient fad

Imatge: 
Manel Romero Madrigal

Countless balconies, backyards, rooftops, community gardens, vacant land in the heart of the metropolis... Montreal is full of opportunities for practitioners of urban agriculture, a phenomenon that every day is becoming increasingly popular. Moreover is estimated that already a million people in the island does practice urban agriculture. Walking through the streets of Québec's metropolis, it is not unusual to see a cultivated gardens in the sideways, cared thanks to one or more residents of the adjacent buildings. In an article published in 2012, Eric Duchemin, a professor of environmental sciences at UQAM (Université du Québec à Montréal), said that 38% of the inhabitants of Montreal, close to a million people, did practice urban agriculture. These numbers indicate that the phenomenon is no longer residual and has become a common activity among montrealers.

Historically, the island of Montreal hosted the most fertile lands across Canada, an agricultural heritage that the city lost rapidly due to industrialization and the subsequent mineralization of its territory, which caused expulsion of agricultural activities to areas increasingly more remote from urban centers. However, the different wars and economic crises of the twentieth century prompted the authorities of countries like England, United States and Canada incited the inhabitants to cultivate their gardens through policies such as the Victory Gardens of the First and Second World Wars. These gardens were urban crops to provide food for the population during war times. Nevertheless, they produced about 40% of the vegetables consumption in the United States during World War II. In addition, crops also had the role of increasing morale and hope of the citizens.

According to the etnourbanist Sandrine Baudry, urban agriculture as we know it today in North America stems from the economic, social and political crisis that suffered various American Cities, particularly New York. It was in The Big City where appeared the Guerrilla Gardeners movement, an activist group protesting against the desertion of urban centers by their owners, who burned their properties to be compensated by insurers and thus failing to pay taxes to the city.

The movement, led by Liz Christy, artist and founder of the activist group, succeeded in letting the vegetation grow in these private abandoned spaces thanks to the Seed Bombs, consisting of throwable items, like balloons or Christmas balls, filled with a mixture of water, fertilizer and a selection of seeds. This first action of the Guerrilla preceded the appropriation, in 1973, of an abandoned plot in lower Manhattan to create the first Community Garden in the city, which quickly passed its protest feature to be adopted by low-income families to cultivate their own food. Today you can still visit it, and is now known as the Liz Christy Community Garden.

A very edible Montreal

Interestingly, in both New York and Montreal were arsons which led to the emergence of the first green shoots in the centers of cities. In the case of Montreal, were the fires in the center-south district of the metropolis during the 1974 firefighters strike, known as the week-end rouge, which led to the emergence of a local movement for the creation of a Community Garden that would ensure the food supply of the poorer neighbours. The garden, located at the intersection between Alexandre-DeSeve and Lafontaine streets, was the precursor of a municipal network of community gardens that currently has 97 gardens and 25 acres of crops spread throughout the city, some with waiting lists more than 7 years.

However, despite the good reception of these policies, currently only 33% of food products consumed by Quebecers come from Quebec. And despite I don’t have any statistic that confirms it, I think the numbers would be even more disappointing if we knew the percentage of products consumed by Montrealers who come from a radius of less than 100 kilometers.

Luckily, Montreal has enviable urban and social features that allow the proliferation of many initiatives that invite to imagine a greener and friendlier city. La Métropole has very culturally active neighbourhoods, in addition to an architecture that encourages its residents to interact, with low buildings with large balconies, generous backstreets and flat roofs; places all easily appropriable for urban agriculture with very little investment.

This conditions have allowed the emergence exciting initiatives such as Les Ruelles VertesSantropol RoulantLes Pousses UrbainesAction Comuniterre and Alternatives, to name a few, which combine urban agriculture actions with social engagement. In addition, most universities and some secondary schools in the city have experimental gardens in their buildings rooftops. Furthermore, UQAM University will soon host the seventh summer school on the subject, and has had great participation success in its previous editions.

Urban agriculture can take many different forms, and although most existing projects are non-profit concieved, Montreal has several commercial proposals. The most striking among them is undoubtedly Lufa Farms, which has installed one of the largest greenhouses in the world on the roof of an industrial building to grow fruits, vegetables and fine herbs using a hydroponic system. Lufa Farms is actually supplying more a thousand families in the city with their baskets of organic products.

Over the coming months, the harsh winter of Montreal will not allow the majority of urban agriculture fans to continue their activities, but certainly next year they return with renewed strength and more desire if possible to continue their adventure.

Manel Romero Madrigal, architect

COAC Correspondent in Montreal

12/08/2015
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Agricultura urbana: alguna cosa més que una moda passatgera

Imatge: 
Manel Romero Madrigal

Infinitat de balcons, patis tarsers, cobertes, jardins comunitaris, solars buits en plé centre… Mont-real esta plena d’oportunitats pels aficionats de l’agricultura urbana, un fenomen que dia a dia guanya en popularitat i que s’estima que ja compta amb un milió d’adeptes a la illa. Actualment, passejant pels carrers de la metròpolis quebequesa no es estrany trobar-se amb un petit hort a un dels seus encreuaments, cuidat por un o varis veïns dels edificis adjacents, que són semblants a les cases de cos catalanes però convertides en habitatge plurifamiliar gràcies a un accés a la planta superior mitjançant una escala exterior, situada en façana principal. En un article publicat al 2012Eric Duchemin, professor de ciències ambientals de la UQAM, Université du Québec a Montréal, afirmava que el 38% dels habitants de Mont-real, prop d’un milió de persones, assegurava practicar l’agricultura urbana. Aquestes xifres indiquen que el fenomen ha deixat de ser residual per convertir-se en una activitat habitual del montrealesos i montrealeses

Històricament, l’illa de Mont-real disposava dels terrenys més fèrtils de tot el Canadà, un passat agrícola que la ciutat va anar perdent a passos accelerats degut a la industrialització i a la conseqüent mineralització de les seves terres i espais, i que va provocar una expulsió de les activitats agrícoles a zones cada vegada més allunyades dels centres urbans. Per contra, las diferents guerres i crisis econòmiques del segle XX van provocar que las autoritats de països com Anglaterra, EEUU i Canadà incitessin als seus habitants a cultivar els seus jardins i espais públics de la ciutat mitjançant polítiques com la dels jardins de la victòria de la Primera i Segona Guerres Mundials. Aquests jardins eren cultius urbans destinats a abastir d’aliments a la població durant els períodes de guerra, i van arribar a produir prop d’un 40% de tot el consum de vegetals als Estats Units durant la Segona Guerra Mundial. A més, els cultius també tenien la funció d’aixecar la moral y l’esperança dels habitants.

Segons l’etnourbanista Sandrine Baudry, l’agricultura urbana tal i com la coneixem actualment a Nord América neix degut a crisi econòmica, social y política que van patir diverses ciutats del continent, particularment Nueva York, als anys 70. Va ser a la metròpoli més coneguda del món on va aparèixer el moviment dels Guerrilla Gardeners, un grup activista que protestava contra la deserció dels centres urbans per part dels seus propietaris, que cremaven les seves propietats para poder ser compensats per les asseguradores i d’aquesta manera deixar de pagar impostos a la ciutat.

El moviment, liderat per Liz Christy, artista y fundadora del grup activista, va començar a fer aparèixer la vegetació en aquests espais privats i abandonats gràcies a les bombes de llavors, que consistien en uns recipients pensats per ser llençats, com globus o boles de nadal, reomplerts d’una mescla d’aigua, adob i una selecció de llavors. Aquesta primera acció dels activistes va precedir l’apropiació d’un terreny abandonat al sud de Manhattan per la creació del primer jardí comunitari de la ciutat al 1973, que ràpidament va sobrepassar la seva funció reivindicativa per ser adoptat per las famílies amb pocs recursos per cultivar els seus aliments, i que actualment es coneix com el Liz Christy Garden.

Una Mont-real molt comestible

Curiosament, tant a Nueva York com a Mont-real van ser els incendis intencionats els que van propiciar l’aparició dels primers cultius als centres de les ciutats. En el cas de Mont-real, van ser els incendis provocats al centre-sud de la metròpolis durant la vaga de bombers de 1974, el week-end rouge, els que van permetre l’aparició d’un moviment veïnal per la creació de un jardí comunitari que permetés assegurar l’alimentació dels veïns més desfavorits. El jardí, situat a la intersecció entre els carrers Alexandre-Desève i Lafontaine, va ser el precursor d’una xarxa municipal de jardins comunitaris que actualment compta amb 97 horts i 25 hectàrees de cultius repartits per tota la ciutat, alguns d’ells amb llistes d’espera de més de 7 anys.

No obstant, tot i la bona acollida que tenen aquests polítiques, actualment tan sols el 33% dels productes alimentaris consumits pels quebequesos provenen de la Belle Province. dades que crec encara serien molts més decepcionants si sapiguéssim el percentatge de productes consumits pels habitants de Mont-real que provenen d’un radi de menys de 100 kilòmetres.

Per sort, Mont-real té unes característiques urbanes i socials envejables que permeten la proliferació de multitud d’iniciatives que conviden a imaginar una ciutat més verda i més amable amb els seus habitants. La ciutat compta con uns barris històrics culturalment molt actius, a més d’una arquitectura que anima als seus habitants a relacionar-se, con edificis baixos con grans balcons, carrers secundaris generosos i cobertes planes; espais tots ells fàcilment apropiables pel cultiu amb molt poca inversió.

Aquest fet ha permès l’aparició d’iniciatives tan interesants como les ruelles vertesSantropol RoulantLes Pousses UrbainesAction Comuniterre i Alternatives, per citar algunes, que combinen l’implicació social amb el cultivu urbà. A més, la majoria d’universitats i alguns centres d’educació secundaria de la ciutat disposen de jardins de cultiv experimentals a les cobertes dels seus edificis, i la UQAM ha organitzat recentment la setena escola d’estiu sobre el tema amb un gran èxit de participació.

L'agricultura urbana pot prendre multitud de formes diferents i, tot i que la majoria de projectes existents són sense ànim de lucre, Mont-real disposa d’algunes propostes de caràcter comercial. La més sorprenent d’entre elles és sens dubte l’empresa Fermes Lufa, que ha instal·lat un dels hivernacles més grans del món sobre la coberta d’un edifici industrial per cultivar fruites, llegums i fines herbes mitjançant un sistema hidropònic, abastint d’aquesta manera a més de mil famílies de la ciutat amb les seves cistelles de productes biològics.

Durant els propers mesos, el rigorós hivern de Mont-real no permetrà a la majoria dels aficionats a la agricultura urbana de continuar amb les seves activitats, però de ben  segur que l’any que vé tornaran amb forces renovades i encara amb més ganes si cap de prosseguir amb la seva aventura.

Manel Romero Madrigal, arquitecte

Corresponsal COAC a Mont-real

12/08/2015
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