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MIRALL TRENCAT
Imatge:
Josep M. Solé Gras
La exposición “Mirall trencat” del Arquitecto José Josep M. Solé Gras se enmarca en el festival de fotografía SCAN 2014 y está organizada por el Colegio Arquitectos de Catalunya (COAC), Demarcación de Tarragona. Se podrá ver del 16 de octubre al 21 de diciembre de 2014 en el COAC y la inauguración está prevista para el martes 28 de octubre a las 19 h. La entrada es gratuita.
Sobre unas paredes centenarias, un espejo roto. La memoria desmenuzada congela el momento y lo hace trascendente. Los rastros del tiempo se multiplican o se niegan, insinuando realidades imaginadas. La mirada, intencionadamente parcial y fragmentada, interpela al visitante y le pide complicidad.
Josep M. Solé Gras (2014)
Cogió el espejo de mano de la señorita Sofia, con el marco de rosas de plata. Terminó de reseguir la casa con un brazo extendido, con el espejo encarado hacia adelante como si sostuviera una antorcha en el aire. Del primer piso al vestíbulo descendió la escalera con el espejo orientado hacia atrás: en él veía partes del techo, partes de barandilla, dibujos y guirnaldas de la alfombra que cubría los escalones, todo vivo y desenfocado, hasta que al llegar arribar al último escalón cayó tendida y al mismo tiempo envuelta en pliegos violeta. El espejo se había roto. Los trocitos se mantenían en el marco, pero algunos habían saltado hacia fuera. Los iba recogiendo y los iba colocando en los espacios vacíos donde le parecía que encajaban. Los fragmentos de espejo, desnivelados, ¿reflejaban las cosas tal como eran? (…)
Mercè Rodoreda. Mirall trencat (1974)
Sobre unas paredes centenarias, un espejo roto. La memoria desmenuzada congela el momento y lo hace trascendente. Los rastros del tiempo se multiplican o se niegan, insinuando realidades imaginadas. La mirada, intencionadamente parcial y fragmentada, interpela al visitante y le pide complicidad.
Josep M. Solé Gras (2014)
Cogió el espejo de mano de la señorita Sofia, con el marco de rosas de plata. Terminó de reseguir la casa con un brazo extendido, con el espejo encarado hacia adelante como si sostuviera una antorcha en el aire. Del primer piso al vestíbulo descendió la escalera con el espejo orientado hacia atrás: en él veía partes del techo, partes de barandilla, dibujos y guirnaldas de la alfombra que cubría los escalones, todo vivo y desenfocado, hasta que al llegar arribar al último escalón cayó tendida y al mismo tiempo envuelta en pliegos violeta. El espejo se había roto. Los trocitos se mantenían en el marco, pero algunos habían saltado hacia fuera. Los iba recogiendo y los iba colocando en los espacios vacíos donde le parecía que encajaban. Los fragmentos de espejo, desnivelados, ¿reflejaban las cosas tal como eran? (…)
Mercè Rodoreda. Mirall trencat (1974)