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Revista de corresponsales: Berlín, la capital de los hortelanos
Berlín es una ciudad enorme, capital de Estado, con gran diversidad de barrios que forman un paisaje urbano muy heterogéneo y que sobre todo está fuertemente marcada por la historia del siglo pasado, con la particularidad que supuso el muro que dividió la ciudad a lo largo de veintiocho años. Dentro de esta multitud de contrastes encontramos a los “Schrebergärten”, que podríamos traducir al español como “huertos urbanos”. Se trata de urbanizaciones de pequeñas parcelas pensadas para su uso como huertos, que ocupan los espacios aún no edificados de la ciudad y ofrecen un espacio en el exterior a las familias que viven en pisos o apartamentos, donde disponen de más aire, más luz, y donde también pueden cultivar patatas y verduras para su autoabastecimiento. En el 60% de los casos, los usuarios viven a una distancia máxima de 4km y se desplazan hasta allí a pie o en bicicleta.
Los huertos urbanos poseen una larga tradición en toda Alemania. Su origen se remonta a finales del siglo XVIII, cuando Berlín era una gran capital industrial y las familias de trabajadores podían auto abastecerse y disfrutar de un espacio en el exterior para su ocio. El primer reglamento que protegía a los inquilinos de los huertos fue aprobado en 1919 en el período de la República de Weimar. Se limitaba el precio del alquiler y se protegía el contrato de arrendamiento indefinidamente. El precio medio actual de alquiler es de aproximadamente 500 euros al año. En 1983 se aprobó la primera ley de los huertos urbanos (Bundeskleingartengesetz) que hoy en día todavía está vigente. Aparte de proteger a los inquilinos, la ley también establece obligaciones y limitaciones en su uso, como por ejemplo el hecho de que no esté permitido pernoctar. Después de la Segunda Guerra Mundial se dispone de muchos solares libres en Berlín como consecuencia de los bombardeos y aparecen muchas nuevas urbanizaciones de huertos urbanos que contribuyen a paliar la carencia de alimentos.
El nombre de Schrebergärten lo dio el dr. Moritz Schreber, que a principios del siglo XIX impulsó la creación de jardines para niños de las grandes ciudades.
En la actualidad existen 877 huertos urbanos en Berlín que se dividen en casi 71.000 parcelas y ocupan una superficie de unas 2.900 hectáreas, lo que representa casi un 4% de la superficie total del municipio. Una parcela tiene de media unos 350m2 y se permite una pequeña construcción de hasta 24m2. El acceso está abierto a todos los vecinos, que pueden utilizar los caminos y zonas comunes. La gran mayoría de las urbanizaciones son propiedad de la administración, pero también algunas pertenecen a inversores privados, sobre todo al este de la ciudad; las parcelas cercanas a las vías del tren pertenecen a la Deutsch Bahn.
Ante la gran presión inmobiliaria que sufre la ciudad (ver artículos sobre Berlín de 2016 y 2017) que se traduce en la falta de oferta de viviendas y en los elevados precios del suelo urbano, crece la demanda por parte de algunos sectores de la sociedad a fin de que se permita la construcción de viviendas en parte de los terrenos que hoy ocupan los huertos urbanos. En concreto argumentan que sólo con la construcción de un 20% de las parcelas podrían obtenerse 200.000 nuevas viviendas de 40 a 50m2. Para ellos se trata de realizar un reparto justo de los recursos de la ciudad que beneficien a toda la comunidad. Los terrenos que ocupan los huertos urbanos son demasiado valiosos para que usen tan pocos vecinos.
La actual clasificación de los usos permitidos garantiza mantenerlo todo como está, pero teóricamente las administraciones de los distritos de la ciudad pueden ceder a las presiones y recalificar el uso de una parcela convirtiéndola en edificable. Para evitarlo, el 25 de agosto de 2020 el Senado de Berlín aprobó el “Plan de desarrollo de los pequeños huertos” (Kleingartenentwicklungsplan) para protegerlos en su estado actual hasta el año 2030. Para el 82 % se garantiza una continuidad indefinida para su uso. Durante los diez años que estará vigente el plan sólo se verán afectadas 473 parcelas, lo que representa un 0,5% del total. En estas parcelas se construirán jardines de infancia para los barrios, ampliaciones de escuelas y polideportivos, un hospital y una comisaría de policía.
El plan se concentra en el análisis del estado actual de las urbanizaciones y en las numerosas cualidades que aportan a la ciudad a nivel social, cultural y ecológico. Se ha podido demostrar que trabajar en el huerto favorece la salud física y mental. En concreto, ayuda a mejorar la presión cardíaca y evita las enfermedades cardiovasculares y las depresiones. Su aportación para mejorar el clima y la biodiversidad, sobre todo ofreciendo un hábitat para los insectos, es también muy positiva.
En este Plan de desarrollo se echan de menos sin embargo propuestas de transformación o de mejora de las urbanizaciones, que reduzcan privilegios y sean un gesto de aproximación a las necesidades del resto de la comunidad. Teniendo en cuenta que actualmente existen unas 14.000 solicitudes pendientes de recibir un huerto y cada año quedan libres sólo 3.100, se podría pensar en reducir la superficie de las parcelas, transformarlas para ofrecer su uso compartido o incorporar nuevos usos para todos los vecinos.
Habrá que esperar a 2030 para ver si realmente se cederá superficie para la construcción de viviendas e infraestructuras en las parcelas que el Plan no ha protegido indefinidamente. Seguramente, los intereses políticos jugarán un papel muy importante y también la visión de futuro que se tenga para la ciudad. Lo más probable es que se llegue a un compromiso, y también lo más recomendable. No es posible densificar la ciudad al máximo sin perder gran parte de sus cualidades. Berlín debe ser de las pocas grandes capitales europeas que todavía dispone de estas reservas de espacio urbano y ésta es también una de sus grandes suertes.
Kleingartenentwicklungsplan (KEP). Plan aprobado por el Senado de Berlín el 25 de agosto de 2020
Laura Gil, arquitecta. Corresponsal del COAC en Berlín, Alemania diciembre 2022.


Revista de corresponsals: Berlín, la capital dels hortolans
Berlín és una ciutat enorme, capital d’Estat, amb una gran diversitat de barris que formen un paisatge urbà molt heterogeni i que sobretot està fortament marcada per la història del segle passat, amb la particularitat que va suposar el mur que va dividir la ciutat al llarg de vint-i-vuit anys. Dins d’aquesta multitud de contrastos hi trobem els “Schrebergärten”, que podríem traduir al català com a “horts urbans”. Es tracta d’urbanitzacions de petites parcel·les pensades per al seu ús com a horts, que ocupen els espais encara no edificats de la ciutat i ofereixen un espai a l’exterior a les famílies que viuen en pisos o apartaments, on disposen de més aire, més llum, i on també poden conrear-hi patates i verdures per al seu auto abastiment. En el 60% dels casos els usuaris viuen a una distància màxima de 4km i es desplacen fins allà a peu o en bicicleta.
Els horts urbans tenen una llarga tradició a tot Alemanya. El seu origen es remunta a finals del segle XVIII, quan Berlín era una gran capital industrial i les famílies de treballadors podien auto abastir-se i gaudir d’un espai a l’exterior per al seu oci. El primer reglament que protegia els llogaters dels horts va ser aprovat el 1919 en el període de la República de Weimar. Es limitava el preu del lloguer i es protegia el contracte d’arrendament indefinidament. El preu mitjà actual de lloguer és aproximadament de 500 euros a l’any. L’any 1983 es va aprovar la primera llei dels horts urbans (Bundeskleingartengesetz) que avui dia encara és vigent. A part de protegir els llogaters, la llei també estableix obligacions i limitacions en el seu ús, com per exemple el fet que no estigui permès de pernoctar-hi. Després de la Segona Guerra Mundial es disposa de molts solars lliures a Berlín com a conseqüència dels bombardejos i apareixen moltes noves urbanitzacions d’horts urbans que contribueixen a pal·liar la manca d’aliments.
El nom de “Schrebergärten” el va donar el Dr. Moritz Schreber, que a principis del segle XIX va impulsar la creació de jardins per als infants de les grans ciutats.
En l’actualitat hi ha 877 horts urbans a Berlín que es divideixen en gairebé 71.000 parcel·les i ocupen una superfície d’unes 2.900 hectàrees, el què representa gairebé un 4% de la superfície total del municipi. Una parcel.la té de mitjana uns 350m2 i s’hi permet una petita construcció de fins a 24m2. L’accés és obert a tots els veïns, que poden utilitzar-hi els camins i les zones comuns. La gran majoria de les urbanitzacions són propietat de l’administració però també n’hi ha que pertanyen a inversors privats, sobretot a l’est de la ciutat; les parcel·les pròximes a les vies del tren pertanyen a la Deutsch Bahn.
Davant la gran pressió immobiliària que pateix la ciutat (veure els articles sobre Berlin del 2016 i 2017) que es tradueix en la manca d’oferta d’habitatges i en els elevats preus del sol urbà, creix la demanda per part d’alguns sectors de la societat per tal que es permeti la construcció d’habitatges en part dels terrenys que avui ocupen els horts urbans. En concret argumenten que només amb la construcció d’un 20% de les parcel·les es podrien obtenir 200.000 nous habitatges de 40 a 50m2. Per a ells es tracta de fer un repartiment just dels recursos de la ciutat que beneficiïn a tota la comunitat. Els terrenys que ocupen els horts urbans són massa valuosos perquè en facin ús tan pocs veïns.
L’actual classificació dels usos permesos garanteix mantenir-ho tot tal com està, però teòricament les administracions dels districtes de la ciutat poden cedir a les pressions i requalificar l’ús d’una parcel·la convertint-la en edificable. Per evitar-ho, el 25 d’agost del 2020 el Senat de Berlín va aprovar el “Pla de desenvolupament dels petits horts” (Kleingartenentwicklungsplan) per a protegir-los en el seu estat actual fins a l’any 2030. Per al 82% es garanteix una continuïtat indefinida per al seu ús. Durant els deu anys que estarà vigent el pla només es veuran afectades 473 parcel·les, que representen un 0,5% del total. En aquestes parcel·les es construiran escoles bressol per als barris, ampliacions d’escoles i poliesportius, un hospital i una comissaria de policia.
El pla es concentra en l’anàlisi de l’estat actual de les urbanitzacions i en les nombroses qualitats que aporten a la ciutat en els àmbits social, cultural i ecològic. S’ha pogut demostrar que fer feina a l’hort afavoreix la salut física i mental. En concret ajuda a millorar la pressió cardíaca i evita les malalties cardiovasculars i les depressions. La seva aportació per a millorar el clima i la biodiversitat, sobretot oferint un hàbitat per als insectes, és també molt positiva.
En aquest Pla de desenvolupament es troben a faltar però propostes de transformació o de millora de les urbanitzacions, que redueixin privilegis i siguin un gest d’aproximació a les necessitats de la resta de la comunitat. Tenint en compte que actualment hi ha unes 14.000 sol·licituds pendents de rebre un hort i cada any en queden lliures només 3.100, es podria pensar en reduir la superfície de les parcel·les, transformar-les per a oferir el seu ús compartit o incorporar nous usos per a tots els veïns.
Caldrà esperar al 2030 per veure si realment es cedirà superfície per a la construcció d’habitatges i infraestructures en les parcel·les que el Pla no ha protegit indefinidament. Segurament els interessos polítics jugaran un paper molt important i també la visió de futur que es tingui per a la ciutat. El més probable és que s’arribi a un compromís, i també el més recomanable. No és possible densificar la ciutat al màxim sense perdre gran part de les seves qualitats. Berlín deu ser de les poques grans capitals europees que encara disposa d’aquestes reserves d’espai urbà i aquesta és també una de les seves grans sorts.
Kleingartenentwicklungsplan (KEP). Pla aprovat pel Senat de Berlin el 25 d’agost del 2020
Laura Gil, arquitecta. Corresponsal del COAC a Berlín, Alemanya


Revista de Corresponsales: Países Bajos – Floriade 22 – Exposiciones universales, haciendo ciudad
Floriade es una reconocida (por la BIE: Bureau International des Expositions, Paris) exposición internacional que cada diez años tiene lugar en los Países Bajos.
La primera Floriade fue en 1960 en Rotterdam, de esta edición todos los que ha estado en Rotterdam recordará uno de los iconos que quedó por la ciudad: el Euromast.
En 1972 tuvo lugar la segunda edición en Amsterdam y en esta ocasión se proyectaron dos parques: El Beatrixpark y el Amstelpark. Fue una edición que dio muy buenos resultados, por eso en 1982 se volvió a realizar en Amsterdam. La ciudad lo vio como una buena ocasión para posicionarse a nivel internacional. Esta edición colaboraron con KLM y la promoción del Floriade pudo verse incluso en la película de James Bond “never say never again”
En este Floriade se hizo en la Gaasperplas, zona suroeste de Ámsterdam. Los jardines temáticos y el planetario fueron un éxito. El diseño ataba las zonas urbanas con las zonas más verdes de las afueras de la ciudad.
Las siguientes ediciones se realizaron en 2002 en Hoofdorp, 2012 Venlo, 2022 en Almere.
Esta edición en Almere encontramos que no sólo se habla de hacer ciudad y que la exposición sirva para dejar unas infraestructuras en la zona sino que también se habla de cómo hacer ciudades sostenibles y cómo construir de forma respetuosa con el medio ambiente.
Floriade Expo 2022 se caracteriza no sólo por las flores y las plantas sino por una nueva forma de mirar ¨el verde¨. La zona del Arboreto, con 3.000 árboles, seguirá formando parte del distrito urbano Hortus.
Los promotores, el consejo de horticultura holandés, el Ayuntamiento de Almere, la Provincia de Almere y el Estado unieron sus fuerzas para que esta edición se mostraran soluciones innovadoras para construir unas ciudades más verdes y sostenibles.
Dentro de esta intención destacamos el pabellón The Natural Pavilion donde se presentan varios puntos a tener en cuenta para realizar las ciudades más verdes, más saludables y más divertidas.
El primer punto está basado en la “Het houtKern Bouwsysteem = The Wood Core Building Method”. Se basa en un sistema de uniones de madera que se pueden montar y desmontar fácilmente. Es una estructura sin paredes de carga que permite una distribución flexible y una construcción también flexible y desmontable.
El segundo punto se basa en materiales constructivos que vienen de la naturaleza y que garantizan que se pueden volver a utilizar. Demostrando que la construcción circular es posible en viviendas. El 95% de los materiales utilizados son biodegradables y la cantidad de CO2 utilizada por la construcción es menos del 80% de la construcción tradicional.
El punto tres hace referencia a la cimentación. La cimentación en muchas zonas de los PB está en pilares. Antiguamente eran de madera pero hoy en día son de hormigón. El problema del hormigón es el alto porcentaje de emisiones de CO2. La alternativa hasta ahora era colocar un pilar de madera con la cabeza de hormigón para evitar que se estropee el pilar. En el pabellón se ha realizado un estudio por parte del “woningbouwatelier” de realizar la cabeza de hormigón reciclado o de plásticos reciclados. El resultado de este experimento se puede consultar poniéndose en contacto con quien ha realizado este estudio.
El cuarto punto hace referencia a la capacidad de recoger agua y guardarla que será primordial con el cambio climático que anuncia épocas de sequía seguidas de grandes tormentas. En las épocas de sequía es necesario tener agua recogida y en las de tormenta es necesario gestionarla para evitar inundaciones. Por medio de un sistema inteligente se controla la cantidad de agua que hay en los tanques creados para guardarla, se utiliza para regar las plantas del edificio y en caso de que vengan tormentas se mira cuánta agua hay ha y se vacían para tener capacidad de almacenamiento.
El quinto punto hace referencia a que la instalación sea ¨energy-neutral¨ y para conseguirlo se tiene en cuenta la ventilación, la orientación, los materiales a utilizar, se colocan paneles solares, instalación eléctrica de led desmontable, lamas para evitar el sol, etc.
Por último, destacar los más de veinte industriales que han participado en este proyecto innovando en los conceptos de economía/construcción circular. La construcción circular pide una nueva mentalidad y ganas de todas las partes de innovar juntas. En la construcción de este pabellón se ha optado por un equipo multidisciplinar.
Más información:
Linkedin y redes sociales : Floriade 2022 https://floriade.com
Marta Companys, arquitecta. Corresponsal del COAC en Gouda, Países Bajos. Octubre 2022


Revista de corresponsales: Londres es Brutal
Londres es brutal. Literalmente. Brutal de acuerdo con la cuarta acepción que fija el Diccionario de la RAE: “muy grande”; brutal también en el sentido coloquial tan extendido ahora, aunque todavía no reconocido por el diccionario, es decir: “genial”, “magnífica”, “maravillosa”; y brutal, especialmente, por lo que se refiere a su abundancia de edificios brutalistas.
El Brutalismo, vio su origen en el Reino Unido durante la década de los 50 en el marco de los proyectos de reconstrucción de Londres después de la destrucción causada por el Blitz (los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial). La historia del movimiento es bien conocida gracias a Reyner Banham, escritor y crítico de arquitectura británico, que escribió dos textos esenciales en la materia: en 1955 “The New Brutalism”, y en 1966 “The New Brutalism, ¿ethic or aesthetic?”. Donde desde un inicio apuntó la conexión por una parte con Le Corbusier y “le Béton brut”, y por otra con el Art Brut de Jean Dubuffet. Banham dio especial importancia al trabajo de los arquitectos londinenses Alison y Peter Smithson, responsables de la publicación por primera vez en 1953 de la frase “New Brutalism”, cuando estos se referían a un proyecto suyo no construido: “the Soho house”.
El origen del término se atribuye a Hans Asplund, hijo del conocido arquitecto sueco Erik Gunnar Asplund, cuando en 1951 durante una visita de unos colegas ingleses usó el término “Neo-Brutalistas” para referirse al trabajo de sus colegas Bengt Edman y Lennart Holm. El término fue importado desde Suecia al Reino Unido, y difundido como “Nuevo Brutalismo”. Diferencia relevante como explica Banham: el concepto “Neo-Brutalismo” definiría un estilo, mientras “Nuevo Brutalismo” define una actitud en relación con la arquitectura.
Banham estableció las siguientes características para el movimiento brutalista: "1, legibilidad formal de la planta; 2, exposición clara de la estructura, y 3, valoración de los materiales por sus cualidades inherentes ‘as found’ (tal como se encuentran)”. Siendo uno de los principios clave conseguir lo que Banham dio en llamar “memorabilidad de imagen”.
El movimiento fue promovido por Banham y los Smithsons como una ética antes que una estética, aunque a nivel popular fue pronto asociado a una determinada imagen, donde Brutalismo paso a ser sinónimo de edificio de hormigón. En el Reino Unido el movimiento fue asociado a la posición política de izquierda, y ampliamente usado en todo tipo de edificios públicos: viviendas, escuelas, universidades, hospitales, teatros, etcétera.
El movimiento fue abrazado en los 50 por una generación joven de arquitectos ingleses que tomaron como referentes arquitectos como Le Corbusier, Mies van der Rohe, Philip Johnson, Alvar Aalto, o Ernesto Rogers. Rechazando a sus inmediatos predecesores británicos (a excepción quizás de Well Coates), pero abrazando generaciones británicas anteriores. En el documental “One Below the Queen: Rowley Way Speaks for Itself”, dedicado al complejo de vivienda social del mismo nombre, Neave Brown, autor de dicho complejo brutalista, describe lo anterior así: “el proyecto obtuvo su vitalidad al tomar ingredientes que se remontan a la Vivienda Inglesa Histórica, estableciendo así una noción de continuidad” (refiriéndose en este caso a obras como el Regent’s Crescent de John Nash completado en 1821).
Fuera de Inglaterra el trabajo de Le Corbusier, especialmente en la Unité de Marsella (1952) y posteriormente en Chandigarh, fue decisivamente influyente a nivel internacional. Una influencia que se extendería posteriormente al Metabolismo Japonés, con Kenzo Tange, o los paralelismos americanos, con Paul Rudolph, llegando hasta Macedonia, con Georgi Konstantinovski.
Históricamente el Brutalismo ha despertado pasiones opuestas, siendo apreciado especialmente por arquitectos, pero en muchas ocasiones fuertemente criticado por gran parte del público. Son famosas las declaraciones del mismo Prince Charles, actual Rey del Reino Unido, cuando a finales de los 80 describió el National Theatre de Denys Lasdun (una de las obras más refinadas del movimiento acabada en 1976) como “una especie de Central Nuclear en el medio de Londres”. El mismo edificio fue votado en 2001 en una encuesta de Radio Times como uno de los “top 5” edificios más queridos y a la vez más odiado del país. Jonathan Meades, escritor y cineasta, describe la dicotomía anterior en su documental de 2014 “Bunkers, Brutalism and Bloodymindedness” de la siguiente manera: “un estruendo ofensivo para muchos oídos, pero poesía en hormigón para mí”. Añadiendo: “lo que para unos es una monstruosidad en hormigón es para otros arquitectura con agallas”.
La “memorabilidad de imagen” que describía Banham, ha hecho que multitud de edificios brutalistas se hayan colado como telón de fondo tanto en películas como videoclips musicales: Thamesmead Estate aparece en “A Clockwork Orange” de Stanley Kubrick, así como en el videoclip de los Libertines ‘What Became of the Likely Lads’; el Barbican aparece en el videoclip de los Metronomy ‘Month of Sundays’; y Robin Hood Gardens en el video del proyecto paralelo de Orbital, 8:58 – ‘The Clock’.
En la última década el movimiento ha atraído un creciente interés con la publicación de gran variedad de catálogos y libros de fotografía como: “Brutalist London Map” (2015), “This Brutal World” (2016), “Brutal London” (2016), “SOS Brutalism: A Global Survey” (2017), “Atlas of Brutalist Architecture” (2018). Algunos ejemplos de carácter más académico incluyen: “Militant Modernism” (2009); el número 136 de la revista October (2011); Clog (2013); “Space, Hope, and Brutalism: English Architecture, 1945-1975” (2015); o “Brutalism Resurgent” (2017).
El interés por el movimiento se extiende a toda una nueva generación de artistas, fotógrafos, diseñadores y críticos: Michael Abrahamson, con su foto archivo “Fuck Yeah Brutalism”; Louise Hayward, artista, printmaker, que usa como tema central complejos de vivienda social del Sur de Londres; así como los fotógrafos: Frederic Chaubin, centrado en edificios de la CCCP; Jan Kempenaers, Nicolas Moulien, Neil Montier y su trabajo con collages; o Bas Princen.
El renovado interés y admiración por el Brutalismo ha llegado tarde para algunos de los edificios ya demolidos o condenados a demolición, como, por ejemplo: Los complejos de vivienda social en Robin Hood Gardens, de Alison y Peter Smithson (1972); el Southwark Heygate Estate de Tim Tinker (1974); o el edificio comercial Sampson House de Fitzroy Robinson & Partners (1979).
Jonathan Meades describe así el fenómeno de la demolición: “La destrucción de edificios brutalistas es más que la destrucción de un determinado tipo de arquitectura. Es como quemar libros. Es una forma de censura del pasado. Es la venganza de una era mediocre… la destrucción vergonzante de un resuelto optimismo”.
Las demoliciones se han visto parcialmente compensadas por el aumento del número de edificios Brutalistas que han pasado a ser parte del catálogo de edificios protegidos de la ciudad. Algunos de los hitos Brutalistas incluidos en el listado de patrimonio histórico londinense son: Alexandra Road Estate de Neave Brown (1978); Royal College of Physicians de Denys Lasdun (1964); Haggerston Girls’ School (1967), Trellick Tower (1972), y Balfron Tower (1967) de Erno Goldfinger; o el Barbican (1962-82), gigante complejo residencial de Chamberlin Powell & Bon.
El creciente listado y protección de obras significativas del Brutalismo, así como la también creciente apreciación por parte del público y la consecuente atención a la reparación y mantenimiento de la arquitectura de este periodo, garantiza que en un futuro Londres siga siendo una ciudad “brutal”.
Robert Berenguer i Segura, arquitecto. Corresponsal del COAC en Londres, Reino Unido. Octubre 2022.
Referencias:
Banham, Reyner. The New Brutalism. Architectural Review.
1955.Banham, Reyner. The New Brutalism: ¿Ethic or Aesthetic? The Architectural Press. 1966.
Gatley, Julia; King, Stuart. Brutalism Resurgent. Routledge. 2017.
Phipps, Simon. Brutal London. September Publishing. 2016.
Documentales:
“Bunkers, Brutalism and Bloodymindedness”. Director: Meades, Jonathan. BBC. 2014
“One Below the Queen: Rowley Way Speaks for Itself”. Realización: Residentes de Alexandra Road Estate. 2010
