Propers Actes
Ma, 27 Enero
18:00 a 20:00 h
Encuentro de mentoría y crecimiento profesional.
Encuentro de mentoría y...
Muere el arquitecto Moisés Gallego a los 73 años
Imatge:
© Esther Brosa
El arquitecto Moisés Gallego Olmos murió la tarde del martes 1 de septiembre de 2020.
La noticia ha entristecido profundamente a los arquitectos de varias generaciones. Moisés Gallego ha sido un referente en el campo de la arquitectura, la docencia y también por su implicación con la cultura. Nos ha dejado un buen arquitecto.
Nuestra amistad comenzó hace unos cuarenta años cuando, junto con otros arquitectos, Albert Viaplana nos invitó a formar parte de lo que sería su cátedra de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Éramos diez: Moisés Gallego, Enric Miralles, Josep Mª Gil, Josep Mª Torres, Arcadi Pla, Alberto Noguerol, Marcià Codinachs, José Luis Burillo y Joan Arias Roig. Once contando con Albert, como un equipo de fútbol, como él nos comentó.
Se trataba de una apuesta por una nueva forma de hacer las clases de proyectos, con gente muy joven (incluso algunos no habían terminado el proyecto final de carrera) y con una gran pasión por la arquitectura.
Este hecho fue determinante para todos nosotros y marcó el inicio de una experiencia innovadora y única en la enseñanza de la arquitectura.
Moisés, al principio un poco reservado o tímido, pronto mostró una gran capacidad para proponer, para hacer y también para conseguir resultados. Hay que pensar en la tenacidad necesaria para hacer la carrera de aparejador y después la de arquitecto, aunque trabajando por las tardes en despachos profesionales o en un pequeño ayuntamiento para poder pagarse los estudios y al mismo tiempo sacar adelante una familia con Ana y los hijos Alex y Sergi.
Puede que por este rodaje apreciamos desde el principio su capacidad resolutiva, que iba ligada a una visión perspicaz del núcleo de los problemas, de cómo afrontar las actuaciones, y lo decía con claridad:: “Aquí lo que pasa es esto, esto y esto..., lo que hay que hacer es...”. Esta característica la conservó siempre en todos los ámbitos.
Su implicación con la docencia se afianzó durante la realización del Doctorado, ganó capacidad de síntesis y de exposición de sus argumentos. Esto conducía a largas y controvertidas discusiones con él. A la jubilación de Albert Viaplana, Moisés tomó el rol de jefe de la cátedra hasta su jubilación en 2017.
En las reuniones que teníamos antes de las clases, Moisés defendía una enseñanza que pusiera el acento en la relación con el lugar y su mejora, la calidad de los espacios, la adecuación a su uso, la claridad de la propuesta, la coherencia de la estructura, la economía de medios... dejando al margen lo que en ese momento se llamaba "arquitectura de revista".
En las clases, que algunos años hicimos juntos, resultaba sorprendente la manera de descolocar a los alumnos (que tenían unos veinte años), como por ejemplo al principio de curso: “Vamos a hablar de arquitectura...”, expectación pensando que hablaría de grandes arquitectos, “a ver, ¿cuánto pesa un metro cubico de madera? ¿y de tierra?”, o en otra ocasión dibujando en silencio el perfil de una montaña, un valle con el pueblo, y preguntando a continuación a cada alumno dónde situaría una casa, marcando en el dibujo las respuestas de todos los alumnos para al final hacer una lectura del significado de cada lugar que habían elegido.
Con todo ello, el análisis de los proyectos en las clases de taller, las teóricas y la empatía con los alumnos, Moisés ha tenido una influencia muy importante en el desarrollo profesional de diferentes generaciones de arquitectos, además de haberse ganado su amistad y respeto.
Su implicación en la docencia era muy fuerte, además de en la Escuela de Arquitectura, también dio clases de arquitectura interior unos años en la Escuela Elisava y en verano cursos en la escuela de Arquitectura de Venecia a Urbino.
Paralelamente, formó parte del equipo de redacción de la revista "Cuadernos de arquitectura y urbanismo". Su participación junto con Oriol Bohigas y Josep Quetglas, entre otros, significó un soplo de aire fresco en las revistas de arquitectura. También fue socio fundador de la asociación AxA, Arquitectos por la Arquitectura, y presidente del Jurado de los Premios FAD en la edición de 2016.
Pero esto no puede dejar de lado su actividad como arquitecto.
En los primeros años de profesión, comienzos de los años 80, formando equipo con otros arquitectos ganó dos concursos: el proyecto del Parc de l’Escorxador en Barcelona y el proyecto de la Sede del Colegio de Aparejadores de Lleida. Concursos importantes para unos arquitectos jóvenes y que fueron el inicio de su carrera profesional, especialmente en obra pública.
Al mismo tiempo, en la vida personal inició un nuevo camino con Esther Brosa, arquitecta. Su compañera hasta los últimos momentos.
Los proyectos que realizaron, primero con su socio Franc Fernández y posteriormente en su propio estudio, tienen la huella de su personalidad. La dedicación y generosidad que tenía en la docencia también la podemos ver en los edificios que proyectó: son claros, se está bien, se construyen de una manera racional, son económicos, no pasan de moda, se colocan en el lugar, mejorándolo, sin estridencias...
Edificios como la Escola La Palmera en Barcelona, las piscinas Picornell, la sede del Colegio de Aparejadores de Lleida, la plaza de la Constitución en Lleida, el Pabellón Municipal Nova Icaria, la escuela, Instituto y Espacio deportivo en Montgat, las Piscinas Municipales de Tàrrega, el Complejo deportivo Municipal Can Arimon en Mollet, las Bibliotecas de Can Fabra y Can Saladrigas en Barcelona, la Municipal de Masnou, la del distrito IV en Terrassa, entre otros. Todos ellos ejemplos de su arquitectura.
Estos últimos años, Moisés había invertido su energía en la escritura, primero recopilando las clases generales que había dado (Apuntes de clases de proyectos I, II III), por último, la historia de la Cátedra en la Escuela de Arquitectura de Barcelona a la que dedicó mucho entusiasmo y que actualmente está en imprenta.
Moisés, amigo, en todos estos años en los que hemos compartido clases, trabajos, viajes, fiestas, has sido vital, generoso, inspirador, amigo de la broma; terco y molesto, siempre buscando el sentido de las cosas. Te echaremos de menos.
Joan Arias Roig
Podéis leer también "Moisés Gallego in memoriam", por Enrique Granell
La noticia ha entristecido profundamente a los arquitectos de varias generaciones. Moisés Gallego ha sido un referente en el campo de la arquitectura, la docencia y también por su implicación con la cultura. Nos ha dejado un buen arquitecto.
Nuestra amistad comenzó hace unos cuarenta años cuando, junto con otros arquitectos, Albert Viaplana nos invitó a formar parte de lo que sería su cátedra de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Éramos diez: Moisés Gallego, Enric Miralles, Josep Mª Gil, Josep Mª Torres, Arcadi Pla, Alberto Noguerol, Marcià Codinachs, José Luis Burillo y Joan Arias Roig. Once contando con Albert, como un equipo de fútbol, como él nos comentó.
Se trataba de una apuesta por una nueva forma de hacer las clases de proyectos, con gente muy joven (incluso algunos no habían terminado el proyecto final de carrera) y con una gran pasión por la arquitectura.
Este hecho fue determinante para todos nosotros y marcó el inicio de una experiencia innovadora y única en la enseñanza de la arquitectura.
Moisés, al principio un poco reservado o tímido, pronto mostró una gran capacidad para proponer, para hacer y también para conseguir resultados. Hay que pensar en la tenacidad necesaria para hacer la carrera de aparejador y después la de arquitecto, aunque trabajando por las tardes en despachos profesionales o en un pequeño ayuntamiento para poder pagarse los estudios y al mismo tiempo sacar adelante una familia con Ana y los hijos Alex y Sergi.
Puede que por este rodaje apreciamos desde el principio su capacidad resolutiva, que iba ligada a una visión perspicaz del núcleo de los problemas, de cómo afrontar las actuaciones, y lo decía con claridad:: “Aquí lo que pasa es esto, esto y esto..., lo que hay que hacer es...”. Esta característica la conservó siempre en todos los ámbitos.
Su implicación con la docencia se afianzó durante la realización del Doctorado, ganó capacidad de síntesis y de exposición de sus argumentos. Esto conducía a largas y controvertidas discusiones con él. A la jubilación de Albert Viaplana, Moisés tomó el rol de jefe de la cátedra hasta su jubilación en 2017.
En las reuniones que teníamos antes de las clases, Moisés defendía una enseñanza que pusiera el acento en la relación con el lugar y su mejora, la calidad de los espacios, la adecuación a su uso, la claridad de la propuesta, la coherencia de la estructura, la economía de medios... dejando al margen lo que en ese momento se llamaba "arquitectura de revista".
En las clases, que algunos años hicimos juntos, resultaba sorprendente la manera de descolocar a los alumnos (que tenían unos veinte años), como por ejemplo al principio de curso: “Vamos a hablar de arquitectura...”, expectación pensando que hablaría de grandes arquitectos, “a ver, ¿cuánto pesa un metro cubico de madera? ¿y de tierra?”, o en otra ocasión dibujando en silencio el perfil de una montaña, un valle con el pueblo, y preguntando a continuación a cada alumno dónde situaría una casa, marcando en el dibujo las respuestas de todos los alumnos para al final hacer una lectura del significado de cada lugar que habían elegido.
Con todo ello, el análisis de los proyectos en las clases de taller, las teóricas y la empatía con los alumnos, Moisés ha tenido una influencia muy importante en el desarrollo profesional de diferentes generaciones de arquitectos, además de haberse ganado su amistad y respeto.
Su implicación en la docencia era muy fuerte, además de en la Escuela de Arquitectura, también dio clases de arquitectura interior unos años en la Escuela Elisava y en verano cursos en la escuela de Arquitectura de Venecia a Urbino.
Paralelamente, formó parte del equipo de redacción de la revista "Cuadernos de arquitectura y urbanismo". Su participación junto con Oriol Bohigas y Josep Quetglas, entre otros, significó un soplo de aire fresco en las revistas de arquitectura. También fue socio fundador de la asociación AxA, Arquitectos por la Arquitectura, y presidente del Jurado de los Premios FAD en la edición de 2016.
Pero esto no puede dejar de lado su actividad como arquitecto.
En los primeros años de profesión, comienzos de los años 80, formando equipo con otros arquitectos ganó dos concursos: el proyecto del Parc de l’Escorxador en Barcelona y el proyecto de la Sede del Colegio de Aparejadores de Lleida. Concursos importantes para unos arquitectos jóvenes y que fueron el inicio de su carrera profesional, especialmente en obra pública.
Al mismo tiempo, en la vida personal inició un nuevo camino con Esther Brosa, arquitecta. Su compañera hasta los últimos momentos.
Los proyectos que realizaron, primero con su socio Franc Fernández y posteriormente en su propio estudio, tienen la huella de su personalidad. La dedicación y generosidad que tenía en la docencia también la podemos ver en los edificios que proyectó: son claros, se está bien, se construyen de una manera racional, son económicos, no pasan de moda, se colocan en el lugar, mejorándolo, sin estridencias...
Edificios como la Escola La Palmera en Barcelona, las piscinas Picornell, la sede del Colegio de Aparejadores de Lleida, la plaza de la Constitución en Lleida, el Pabellón Municipal Nova Icaria, la escuela, Instituto y Espacio deportivo en Montgat, las Piscinas Municipales de Tàrrega, el Complejo deportivo Municipal Can Arimon en Mollet, las Bibliotecas de Can Fabra y Can Saladrigas en Barcelona, la Municipal de Masnou, la del distrito IV en Terrassa, entre otros. Todos ellos ejemplos de su arquitectura.
Estos últimos años, Moisés había invertido su energía en la escritura, primero recopilando las clases generales que había dado (Apuntes de clases de proyectos I, II III), por último, la historia de la Cátedra en la Escuela de Arquitectura de Barcelona a la que dedicó mucho entusiasmo y que actualmente está en imprenta.
Moisés, amigo, en todos estos años en los que hemos compartido clases, trabajos, viajes, fiestas, has sido vital, generoso, inspirador, amigo de la broma; terco y molesto, siempre buscando el sentido de las cosas. Te echaremos de menos.
Joan Arias Roig
Podéis leer también "Moisés Gallego in memoriam", por Enrique Granell
7/09/2020
La Mobilitat en la 1a sessió del cicle de debats sobre Superilles
Imatge:
© Col·legi d'Arquitectes de Catalunya
El 22 de setembre a les 17.30 h arrenca el cicle de debats Superilles, cap a un nou model de ciutat, amb una sessió dedicada a la mobilitat.Les jornades tenen per objectiu debatre i aprofundir sobre les necessitats actuals de la ciutat del segle XXI per ajudar, així, a construir entre tots un model de ciutat moderna, la ciutat que volem per al present i per al futur. Un model de ciutat basat amb un projecte urbà que respongui a criteris d'optimització, reciclatge urbà i amb l'objectiu últim de benestar i salut de les persones.
En aquest primer debat, Mobilitat alternativa, es repassarà el model de planificació de Barcelona des de la intervia de Cerdà fins al projecte de les superilles, i com s'ha ajustat el model de ciutat a partir de l'evolució en el transport i mobilitat de les persones. Consulteu més informació del contingut del debat
Els 5 debats que es duran a terme estan coordinats per Guim Costa, vicedegà del COAC; Sebastià Jornet, arquitecte urbanista, i Salvador Rueda, ecòleg, i cada una de les sessions compta amb la participació de diversos experts.
En aquesta ocasió, comptarem de moment amb la confirmació de participació de Xavier Abadia, Oriol Biosca, Jaume Carné, Carles Conill, Adrià Gomila, Jordi Julià, Pere Macias, Xavier Matilla, Javier Ortigosa, Josep Parcerisa, Lluís Puerto, Miquel Roa, Estanislau Roca, Bettina Schaefer, Ole Thorson, Andreu Ulied i Manuel Valdés.
Vídeo de la jornada
Programa de debats
- Mobilitat alternativa
Dimarts 22 de setembre
- Espai públic i espai col·lectiu
Dimecres 30 de setembre
- Salut, benestar i canvi climàtic
Dimarts 6 d'octubre
- Ciutadania, dret i valor econòmic
Dimarts 13 d'octubre
- Urbanisme, paisatge i disseny urbà
Dimarts 20 d'octubre
Amb la participació de:

Organitzem 5 sessions per debatre sobre les superilles com a projecte urbanístic de futur
Imatge:
© Col·legi d'Arquitectes de Catalunya
La irrupció de la COVID ha posat en evidència, més que mai, que la ciutat necessita ser repensada i que s’han d’aplicar noves polítiques per adaptar-la a les noves sol·licituds de la ciutadania.
Des del punt de vista de l’urbanisme i el territori, la ciutat del segle XXI ha de ser necessàriament diferent a com s’havia fet els segles anteriors.
Així, si al segle XIX les nostres ciutats, grans o petites, van tenir el seu eixample i al segle XX van viure un creixement important a partir del consum de sòl, ara el segle XXI ens demana una aposta per optimitzar i aprofitar allò que consumim i millorar l’ecosistema en què vivim, un reciclatge urbà amb la finalitat última del benestar i la salut de les persones.
Cal, doncs, repensar la ciutat que coneixem amb els nous requeriments del segle que vivim:
- Actualitzar i regenerar sota els nous conceptes de vida i de mobilitat actuals.
- Plantejar l’espai públic i l’espai col·lectiu des d’una òptica contemporània.
- Introduir un nou marc legal i econòmic per lluitar contra les desigualtats i l’especulació.
- Adaptar-se als nous requeriments de salut i canvi climàtic.
- Estudiar de quina manera abordar els projectes, urbanístics i de paisatge urbà, per la ciutat que volem.
L’objectiu últim de fer la vida més feliç i saludable per a les persones que l’habiten és precisament la base del projecte de les Superilles, un projecte urbà que parteix d’un estudi detallat i en profunditat de quines són les necessitats d’una ciutat moderna.
Entitats, institucions, ciutadans, empreses i professionals tenim al davant un gran repte i una gran ocasió de fer la ciutat del present i del futur.
Per això es fa imprescindible dur a terme un debat sobre aquest gran projecte urbanístic de futur i la reforma urbana que volem per a la Barcelona del segle XXI.
Per parlar-ne, el Col·legi d’Arquitectes ha organitzat el cicle de debats Superilles: cap a un nou model de ciutat.
Les 5 sessions són coordinades per Guim Costa, vicedegà del COAC; Sebastià Jornet, arquitecte urbanista, i Salvador Rueda, ecòleg.
Cadascuna de les sessions comptarà amb la participació d’experts i en finalitzar s’obrirà un torn obert de preguntes.
Els debats es duran a terme on line de 17.30 a 19.30 h.
Per poder-los seguir per Teams Live és necessària la inscripció prèvia.
Les persones inscrites rebran un correu amb l'enllaç per accedir a la sessió.
Programa de debats
- Mobilitat alternativa
Dimarts 22 de setembre
- Espai públic i espai col·lectiu
Dimecres 30 de setembre
- Salut, benestar i canvi climàtic
Dimarts 6 d'octubre
- Ciutadania, dret i valor econòmic
Dimarts 13 d'octubre
- Urbanisme, paisatge i disseny urbà
Dimarts 20 d'octubre
Amb la participació de:

Des del punt de vista de l’urbanisme i el territori, la ciutat del segle XXI ha de ser necessàriament diferent a com s’havia fet els segles anteriors.
Així, si al segle XIX les nostres ciutats, grans o petites, van tenir el seu eixample i al segle XX van viure un creixement important a partir del consum de sòl, ara el segle XXI ens demana una aposta per optimitzar i aprofitar allò que consumim i millorar l’ecosistema en què vivim, un reciclatge urbà amb la finalitat última del benestar i la salut de les persones.
Cal, doncs, repensar la ciutat que coneixem amb els nous requeriments del segle que vivim:
- Actualitzar i regenerar sota els nous conceptes de vida i de mobilitat actuals.
- Plantejar l’espai públic i l’espai col·lectiu des d’una òptica contemporània.
- Introduir un nou marc legal i econòmic per lluitar contra les desigualtats i l’especulació.
- Adaptar-se als nous requeriments de salut i canvi climàtic.
- Estudiar de quina manera abordar els projectes, urbanístics i de paisatge urbà, per la ciutat que volem.
L’objectiu últim de fer la vida més feliç i saludable per a les persones que l’habiten és precisament la base del projecte de les Superilles, un projecte urbà que parteix d’un estudi detallat i en profunditat de quines són les necessitats d’una ciutat moderna.
Entitats, institucions, ciutadans, empreses i professionals tenim al davant un gran repte i una gran ocasió de fer la ciutat del present i del futur.
Per això es fa imprescindible dur a terme un debat sobre aquest gran projecte urbanístic de futur i la reforma urbana que volem per a la Barcelona del segle XXI.
Per parlar-ne, el Col·legi d’Arquitectes ha organitzat el cicle de debats Superilles: cap a un nou model de ciutat.
Les 5 sessions són coordinades per Guim Costa, vicedegà del COAC; Sebastià Jornet, arquitecte urbanista, i Salvador Rueda, ecòleg.
Cadascuna de les sessions comptarà amb la participació d’experts i en finalitzar s’obrirà un torn obert de preguntes.
Els debats es duran a terme on line de 17.30 a 19.30 h.
Per poder-los seguir per Teams Live és necessària la inscripció prèvia.
Les persones inscrites rebran un correu amb l'enllaç per accedir a la sessió.
Programa de debats
- Mobilitat alternativa
Dimarts 22 de setembre
- Espai públic i espai col·lectiu
Dimecres 30 de setembre
- Salut, benestar i canvi climàtic
Dimarts 6 d'octubre
- Ciutadania, dret i valor econòmic
Dimarts 13 d'octubre
- Urbanisme, paisatge i disseny urbà
Dimarts 20 d'octubre
Amb la participació de:

7/09/2020
Mor l'arquitecte Moisés Gallego als 73 anys
Imatge:
© Esther Brosa
L’arquitecte Moisés Gallego Olmos va morir el vespre del dimarts 1 de setembre del 2020.
La noticia ha entristit profundament els arquitectes de vàries generacions. Moisés Gallego ha estat un referent en el camp de l’arquitectura, la docència i també per la seva implicació amb la cultura. Ens ha deixat un bon arquitecte.
La nostra amistat va començar fa prop de quaranta anys quan, juntament amb altres arquitectes, l’Albert Viaplana ens va convidar a formar part del que seria la seva càtedra de Projectes a l’Escola d’Arquitectura de Barcelona. Érem deu: Moisés Gallego, Enric Miralles, Josep Mª Gil, Josep Mª Torres, Arcadi Pla, Alberto Noguerol, Marcià Codinachs, José Luis Burillo i Joan Arias Roig. Onze comptant amb l’Albert, com un equip de futbol, com ell ens va comentar.
Es tractava d’una aposta per una manera nova de fer les classes de projectes, amb gent molt jove (fins i tot alguns no havien acabat el projecte final de carrera) i amb una gran passió per l’arquitectura.
Aquest fet va ser determinant per a tots nosaltres i va marcar l’inici d’una experiència innovadora i única en l’ensenyament de l’arquitectura.
En Moisés, al començament una mica reservat o tímid, aviat va mostrar una gran capacitat per proposar, per fer i també per aconseguir resultats. Cal pensar en la tenacitat necessària per fer la carrera d’aparellador i desprès la d’arquitecte, tot i treballant per les tardes en despatxos professionals o en un petit ajuntament per poder pagar-se els estudis i al mateix temps tirar endavant una família amb l’Ana i els fills Alex i Sergi.
Potser que per aquest rodatge vàrem apreciar des del principi la seva capacitat resolutiva, que anava lligada a una visió perspicaç del nucli dels problemes, de com afrontar les actuacions, i ho deia amb claredat: “Aquí lo que pasa es esto, esto y esto..., lo que hay que hacer es...”. Aquesta característica la va conservar sempre en tots els àmbits.
La seva implicació amb la docència es va refermar durant la realització del Doctorat, va guanyar capacitat de síntesi i d’exposició dels seus arguments. Això conduïa a llargues i controvertides discussions amb ell. A la jubilació de l’Albert Viaplana, en Moisés va prendre el rol de cap de la càtedra fins a la seva jubilació el 2017.
A les reunions que teníem abans de les classes, en Moisés defensava un ensenyament que posés l’accent en la relació amb el lloc i la seva millora, la qualitat dels espais, l’adequació al seu ús, la claredat de la proposta, la coherència de l’estructura, l’economia de mitjans... deixant al marge el que en aquell moment es deia “arquitectura de revista”.
A les classes, que alguns anys vàrem fer junts, resultava sorprenent la manera de descol·locar als alumnes (que tenien uns vint anys), com per exemple al començament de curs: “Vamos a hablar de arquitectura...” expectació pensant que parlaria de grans arquitectes “a ver, ¿cuánto pesa un metro cubico de madera? ¿y de tierra?”, o en una altra ocasió dibuixant en silenci el perfil d’una muntanya, una vall amb el poble, i preguntant a continuació a cada alumne on situaria una casa, marcant en el dibuix les respostes de tots els alumnes per al final fer una lectura del significat de cada lloc que havien escollit.
Amb tot això, l’anàlisi dels projectes a les classes de taller, les teòriques i l’empatia amb els alumnes, en Moisés ha tingut una influencia molt important en el desenvolupament professional de diferents generacions d’arquitectes, a més d’haver-se guanyat la seva amistat i respecte.
La seva implicació en la docència era molt forta, a més de a l’Escola d’Arquitectura, també va donar classes uns anys d’arquitectura interior a l’Escola Elisava i a l’estiu en cursos de l’escola d’Arquitectura de Venècia a Urbino.
Paral·lelament, va formar part de l’equip de redacció de la revista "Quaderns d’arquitectura i urbanisme". La seva participació juntament amb Oriol Bohigas i Josep Quetglas, entre altres, va significar un alè d’aire fresc en les revistes d’arquitectura. També va ser soci fundador de l’associació AxA, Arquitectes per l’Arquitectura i president del Jurat dels Premis FAD a l’edició del 2016.
Però això no pot deixar de banda la seva activitat com arquitecte.
Als primers anys de professió, començaments dels anys 80, formant equip amb altres arquitectes va guanyar dos concursos: el projecte del Parc de l’Escorxador a Barcelona i el projecte de la Seu del Col·legi d’Aparelladors de Lleida. Concursos importants per uns arquitectes joves i que varen ser l’inici de la seva carrera professional, especialment en obra pública.
Al mateix temps, en la vida personal va iniciar un nou camí amb l’Esther Brosa, arquitecta. La seva companya fins als darrers moments.
Els projectes que varen realitzar, primer amb el seu soci Franc Fernández i posteriorment en el seu propi estudi, tenen l’empremta de la seva personalitat. La dedicació i generositat que tenia en la docència també la podem veure en els edificis que va projectar: són clars, s’hi està bé, es construeixen d’una manera racional, són econòmics, no passen de moda, es col·loquen al lloc, millorant-lo, sense estridències...
Edificis com l’Escola La Palmera a Barcelona, les piscines Picornell, la seu del Col·legi d’Aparelladors de Lleida, la plaça de la Constitució a Lleida, el Pavelló Municipal Nova Icaria, l’escola, Institut i Espai esportiu a Montgat, les Piscines Municipals de Tàrrega, el Complex esportiu Municipal Can Arimon a Mollet, les Biblioteques de Can Fabra i Can Saladrigas a Barcelona, la Municipal de Masnou, la del districte IV a Terrassa, entre d’altres. Tots ells exemples de la seva arquitectura.
Aquests darrers anys, en Moisés havia invertit la seva energia en l’escriptura, primer recopilant les classes generals que havia donat (Apuntes de clases de proyectos I, II III), per últim, la història de la Càtedra a l’Escola d’Arquitectura de Barcelona a la qual va dedicar molt entusiasme i que actualment està a impremta.
Moisés, amic, en tots aquest anys en els que hem compartit classes, feines, viatges, festes, has estat vital, generós, inspirador, amic de la broma; tossut i emprenyador, sempre cercant el sentit de les coses. Et trobarem a faltar.
Joan Arias Roig
Podeu llegir també "Moisés Gallego in memoriam", per Enrique Granell
La noticia ha entristit profundament els arquitectes de vàries generacions. Moisés Gallego ha estat un referent en el camp de l’arquitectura, la docència i també per la seva implicació amb la cultura. Ens ha deixat un bon arquitecte.
La nostra amistat va començar fa prop de quaranta anys quan, juntament amb altres arquitectes, l’Albert Viaplana ens va convidar a formar part del que seria la seva càtedra de Projectes a l’Escola d’Arquitectura de Barcelona. Érem deu: Moisés Gallego, Enric Miralles, Josep Mª Gil, Josep Mª Torres, Arcadi Pla, Alberto Noguerol, Marcià Codinachs, José Luis Burillo i Joan Arias Roig. Onze comptant amb l’Albert, com un equip de futbol, com ell ens va comentar.
Es tractava d’una aposta per una manera nova de fer les classes de projectes, amb gent molt jove (fins i tot alguns no havien acabat el projecte final de carrera) i amb una gran passió per l’arquitectura.
Aquest fet va ser determinant per a tots nosaltres i va marcar l’inici d’una experiència innovadora i única en l’ensenyament de l’arquitectura.
En Moisés, al començament una mica reservat o tímid, aviat va mostrar una gran capacitat per proposar, per fer i també per aconseguir resultats. Cal pensar en la tenacitat necessària per fer la carrera d’aparellador i desprès la d’arquitecte, tot i treballant per les tardes en despatxos professionals o en un petit ajuntament per poder pagar-se els estudis i al mateix temps tirar endavant una família amb l’Ana i els fills Alex i Sergi.
Potser que per aquest rodatge vàrem apreciar des del principi la seva capacitat resolutiva, que anava lligada a una visió perspicaç del nucli dels problemes, de com afrontar les actuacions, i ho deia amb claredat: “Aquí lo que pasa es esto, esto y esto..., lo que hay que hacer es...”. Aquesta característica la va conservar sempre en tots els àmbits.
La seva implicació amb la docència es va refermar durant la realització del Doctorat, va guanyar capacitat de síntesi i d’exposició dels seus arguments. Això conduïa a llargues i controvertides discussions amb ell. A la jubilació de l’Albert Viaplana, en Moisés va prendre el rol de cap de la càtedra fins a la seva jubilació el 2017.
A les reunions que teníem abans de les classes, en Moisés defensava un ensenyament que posés l’accent en la relació amb el lloc i la seva millora, la qualitat dels espais, l’adequació al seu ús, la claredat de la proposta, la coherència de l’estructura, l’economia de mitjans... deixant al marge el que en aquell moment es deia “arquitectura de revista”.
A les classes, que alguns anys vàrem fer junts, resultava sorprenent la manera de descol·locar als alumnes (que tenien uns vint anys), com per exemple al començament de curs: “Vamos a hablar de arquitectura...” expectació pensant que parlaria de grans arquitectes “a ver, ¿cuánto pesa un metro cubico de madera? ¿y de tierra?”, o en una altra ocasió dibuixant en silenci el perfil d’una muntanya, una vall amb el poble, i preguntant a continuació a cada alumne on situaria una casa, marcant en el dibuix les respostes de tots els alumnes per al final fer una lectura del significat de cada lloc que havien escollit.
Amb tot això, l’anàlisi dels projectes a les classes de taller, les teòriques i l’empatia amb els alumnes, en Moisés ha tingut una influencia molt important en el desenvolupament professional de diferents generacions d’arquitectes, a més d’haver-se guanyat la seva amistat i respecte.
La seva implicació en la docència era molt forta, a més de a l’Escola d’Arquitectura, també va donar classes uns anys d’arquitectura interior a l’Escola Elisava i a l’estiu en cursos de l’escola d’Arquitectura de Venècia a Urbino.
Paral·lelament, va formar part de l’equip de redacció de la revista "Quaderns d’arquitectura i urbanisme". La seva participació juntament amb Oriol Bohigas i Josep Quetglas, entre altres, va significar un alè d’aire fresc en les revistes d’arquitectura. També va ser soci fundador de l’associació AxA, Arquitectes per l’Arquitectura i president del Jurat dels Premis FAD a l’edició del 2016.
Però això no pot deixar de banda la seva activitat com arquitecte.
Als primers anys de professió, començaments dels anys 80, formant equip amb altres arquitectes va guanyar dos concursos: el projecte del Parc de l’Escorxador a Barcelona i el projecte de la Seu del Col·legi d’Aparelladors de Lleida. Concursos importants per uns arquitectes joves i que varen ser l’inici de la seva carrera professional, especialment en obra pública.
Al mateix temps, en la vida personal va iniciar un nou camí amb l’Esther Brosa, arquitecta. La seva companya fins als darrers moments.
Els projectes que varen realitzar, primer amb el seu soci Franc Fernández i posteriorment en el seu propi estudi, tenen l’empremta de la seva personalitat. La dedicació i generositat que tenia en la docència també la podem veure en els edificis que va projectar: són clars, s’hi està bé, es construeixen d’una manera racional, són econòmics, no passen de moda, es col·loquen al lloc, millorant-lo, sense estridències...
Edificis com l’Escola La Palmera a Barcelona, les piscines Picornell, la seu del Col·legi d’Aparelladors de Lleida, la plaça de la Constitució a Lleida, el Pavelló Municipal Nova Icaria, l’escola, Institut i Espai esportiu a Montgat, les Piscines Municipals de Tàrrega, el Complex esportiu Municipal Can Arimon a Mollet, les Biblioteques de Can Fabra i Can Saladrigas a Barcelona, la Municipal de Masnou, la del districte IV a Terrassa, entre d’altres. Tots ells exemples de la seva arquitectura.
Aquests darrers anys, en Moisés havia invertit la seva energia en l’escriptura, primer recopilant les classes generals que havia donat (Apuntes de clases de proyectos I, II III), per últim, la història de la Càtedra a l’Escola d’Arquitectura de Barcelona a la qual va dedicar molt entusiasme i que actualment està a impremta.
Moisés, amic, en tots aquest anys en els que hem compartit classes, feines, viatges, festes, has estat vital, generós, inspirador, amic de la broma; tossut i emprenyador, sempre cercant el sentit de les coses. Et trobarem a faltar.
Joan Arias Roig
Podeu llegir també "Moisés Gallego in memoriam", per Enrique Granell
7/09/2020


