El arquitecto de las artes escénicas, (Coimbra, Portugal)
El primer contacto con la obra de João Mendes Ribeiro fue hace unos años cuando descubrí un centro cultural proyectado en conjunto con el estudio Menos e Mais de Oporto que me impresionó, por diferentes aspectos como la escala, la proporción en la construcción en una preexistencia, el proyecto artístico de hacer este tipo de obra en el medio reinventa el edificio existente, convirtiéndolo en un espacio significativo en la región periférica en medio del Océano Atlántico.
Se trata de un proyecto transdisciplinario cuya misión es difundir, crear y producir cultura emergente: un espacio de intercambio e interfaz para personas, conocimiento y acontecimientos. “La huella” del Archipiélago - Centro de Artes Contemporáneas - mantiene el carácter industrial de la totalidad y destaca el diálogo entre un edificio existente (antigua fábrica de alcohol / tabaco) y la nueva construcción (centro de arte y cultura, instalaciones de almacenamiento, sala de usos múltiples / artes escénicas, laboratorios, estudios de artistas). El proyecto del Archipiélago es delicado en la relación entre edificios antiguos con los nuevos. Por el contrario, pretende reunir las diferentes escalas y épocas a través de la manipulación pictórica de la forma y materialidad de los edificios. Las construcciones existentes están marcadas por mampostería de piedra volcánica y la nueva intervención se identifica como una forma abstracta, sin referencia o alusión a cualquier idioma, construida en hormigón con basalto local inerte que trabaja continuamente con la variación de texturas y rugosidad de las superficies, complementando la masa de los edificios con el vacío de los patios.
La concepción de la arquitectura de João Mendes Ribeiro tiende a trabajar con lo esencial, a la reducción del proyecto a lo mismo. Su arquitectura refleja su manera de ser: la tranquilidad. La obra de JMR es transversal y completa en sus formas de expresión. Es una obra diferente por sus programas tan diversos, pero expresando siempre delicadeza y limpieza.
Partiendo de esta premisa en el 2018 participé en una selección promovida para la asociación 12 miradas, un programa de acción cultural comisariado por Carlos Quintáns e impulsado por Corporación hijos de Rivera y Laboratorio Creativo Vilaseco. La asociación invitó a João Mendes Ribeiro para impartir un workshop de dos días en el contexto de la Ribeira Sacra en Galicia. Allí pude descubrir la metodología de hacer un taller en muy poco tiempo y tambíen conocer un poco más la obra de este arquitecto.
El taller estaba relacionado con la conformación de un teatro al aire libre en un espacio natural ya conformado de muros de piedra dentro de un viñedo. Tuve la oportunidad de descubrir otra faceta de escenógrafo de João Mendes Ribeiro escenógrafo con gran experiencia en este ámbito. También pude apreciar la versatilidad de este arquitecto que durante el taller explicó toda su trayectoria como escenógrafo enseñando proyectos exclusivamente de este ámbito.
Esta manera de enfrentar el proyecto “justo con lo esencial” y no enseñando su experiencia como si fuera un portafolio me dio más curiosidad en descubrir el acercamiento a la escenografía de este arquitecto que no se define como escenógrafo si no como un arquitecto que trabaja en el ámbito de las artes escénicas.
JMR entró en contacto con la escenografía cuando estaba enseñando en la escuela de Oporto. Estaba como director de teatro Ricardo Pais, en Portugal donde enseñaba en el curso de antropología espacial y fue desde allí que se le invitó a construir el primer set. Para él era un mundo muy desconocido.
Entrar en el ámbito escenográfico es enfrentarse a una escala pequeña hecha de muchos detalles de un trabajo artesanal intenso. Según JMR piensa que en un mundo totalmente globalizado tendrían que estar personas que conozcan el lugar, con sus materiales y con una forma más directa de relacionarse con los habitantes de la ciudad y las personas que habitan los espacios. Hay temas emergentes como la rehabilitación. Es algo que de alguna manera estamos perdiendo hoy.
JMR piensa que una de las grandes diferencias con la arquitectura es que en la escenografía trabaja con otras creatividades. En este caso no existe la figura del promotor si no del agente creativo y existe una relación muy fuerte con los bailarines y actores. JMR indica que cuanto hace arquitectura mide el espacio con su cuerpo constantemente mientras que cuando hace un escenario mide el espacio con el cuerpo de los artistas que tienen que usar aquel espacio. Entender el movimiento, las dinámicas en este caso es muy importante.
Por otro lado, para que la ciudad sea sostenible hay que ser conscientes que antes que construir más, es preferible que se rehabilite lo existente. Por esto no será posible que las ciudades, las urbanizaciones se extiendan al infinito.
Hay que pensar que intervenir como un cirujano en los centros históricos es un trabajo muy complejo debido a la cantidad de normativas que se tienen que cumplir. La transformación según JMR es dar nuevas respuestas y por tanto alterar las condiciones de lo existente.
Desde la peculiaridad de este arquitecto que trabaja en diferentes escalas, contextos etc. Puedo deducir cuanto sea importante para el transmitir que la ciudad tiene que volver al centro adaptándose a nuevas circunstancias. Todo esto se tiene que transmitir de alguna manera dentro de las escuelas con una enseñanza que tiene que ser actualizada hace tiempo.
JMR representa para mí un arquitecto que se alimenta del territorio en el que vive y por lo tanto sabe qué respuestas dar. Esto me hace pensar en las generaciones más jóvenes que hemos perdido en parte este contacto con el territorio que nos relacionamos diariamente y por lo tanto la dinámica de trabajo ya hace tiempo que está en fase de profunda mutación.
http://www.joaomendesribeiro.com/
Alberto Collet, arquitecto. Corresponsal del COAC en Porto, Portugal.
Febrero 2020