Propers Actes

Cases serranes de León Dourge a les Serres de Córdoba, Argentina
León Dourge (París, 1890 – Buenos Aires, 1969) va ser un arquitecte francès egressat de l'École Nationale des Arts Decoratifs que va residir i va exercir la seva professió a Argentina. La seva obra prolífera mostra la seva capacitat professional i la seva adaptació a requeriments, emplaçaments i funcionaments tan diversos com els encàrrecs que va tenir. Als seus projectes i edificis, que s'estenen per diversos llocs del territori argentí, recorre a diferents movimentscom l'academicisme, el pintoresquisme i el racionalisme. Particularment en aquest article ens interessa analitzar les seves “Cases Serranes” construïdes a la primera meitat del segle XX, entre els anys 1920 i 1930, a la localitat de La Cimera, a les Serres de Córdoba, Argentina. Dourge va rebre l'encàrrec per construir una sèrie de cases d'esbarjo, descans, lleure i esbarjo. En aquests projectes, l'arquitecte aconsegueix una integració harmònica amb l'entorn. Els grans espais oberts entre cada construcció li van permetre incloure la natura com a part de l'obra, i fins i tot les vistes des de cada finestra estaven pensades per integrar el paisatge a l'obra i crear una sèrie amb identitat i unitat particulars.
En un article de 1930 Dourge expressava sobre aquests projectes:
"A la regió cordobesa [les cases] són més senzilles, per tant, més naturals, l'arquitecte pot així projectar amb tota llibertat i gairebé es pot dir a la manera d'un pintor. En lloc de fer composicions arquitectòniques, busca fer paisatge, compon al seu gust una silueta que formi part del lloc on va ubicada, realitza la unió de l'edificació".
"Es comprèn que davant de quadres tan fantàstics el deure de l'arquitecte és treure partit d'aquesta situació privilegiada, distribuint casa seva a propòsit per al lloc que ocuparà i evitant repetir alguna cosa ja feta en una altra part".
"Els panorames que es gaudeixen a les serres són grandiosos o pintorescos i molt variats. En cada orientació la vista és diferent: hi ha tota una gamma de colors".
La geografia resultava favorable per complementar-se com una part més de l'obra. El paisatge serrà li recordava Espanya en general i Andalusia en particular, i per això per a aquestes obres Dourge va optar per un estil pintoresquista espanyol, que l'estén fins als noms elegits per a les cases, Granada, Toledo, Sevilla, el Paradís i la Gitanilla, que fos casa seva.
"No repetir-se no vol dir canviar fonamentalment d'estil. És una particularitat de la nostra època en completa decadència artística, aquesta mania de fer alguna cosa diferent dels altres; vivim així en un laberint d'estils esbojarrats. Si admirem tant els pobles d'Europa, que sigui a Itàlia, Espanya, Anglaterra o França, és perquè tenen unitat d'estil".
La sèrie de les “Cases Serranas” va ser pensada per a aquest lloc i allí resideix la singularitat i bellesa d'aquestes cases. A mesura que es viuen, recorren i descobreixen indueixen a l'encant, al descans, a la contemplació de variades visuals, a recorreguts de jardins per senders serpentejants, al gaudi del paisatge, etc.
La contextualització del disseny, els materials utilitzats i la qualitat de l'execució en aquesta sèrie de cases n'ha permès la vigència després d'un segle i l'adaptació a nous usos com ara hotels, museus, etc. Podem concloure que les cases serranes són un exemple clar d'arquitectura sostenible.
Bibiana Scirotino, arquitecta. Corresponsal del COAC a Córdoba, Argentina. Maig 2025

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Revista de corresponsales: Perspectiva desde Australia: Del jardín interior al cosmos; una arquitectura con lenguaje propio
Dado que llevo cerca de una década que ejerzo como corresponsal del COAC en Sídney, Australia, y coincidiendo con la finalización de un proyecto que el año pasado fue reconocido con varios premios y publicaciones internacionales, he aprovechado esta ocasión para compartir algunas reflexiones en torno al proceso de pensamiento que me acompaña como arquitecto inmigrante con una mirada.
Este artículo no es sólo una descripción de un proyecto, sino un intento de explicar cómo se construye un lenguaje propio a partir de la experiencia, la distancia y la voluntad de experimentar con las tipologías, materiales e ideas. Desde el jardín interior de una casa adosada hasta la inmensidad conceptual del espacio exterior, cada proyecto es una oportunidad para repensar cómo vivimos, qué vemos y cómo queremos habitar el futuro
El jardín como espacio de expresión doméstica
Cuando empecé a diseñar Terrace House Mirage, no sólo quería crear una casa singular en un entorno homogéneo. Mi ambición era proponer una revisión tipológica de un modelo urbano repetido en todo el mundo: la casa adosada.
Este tipo de vivienda crece por repetición. Esto significa que, una vez identificados los problemas comunes, las soluciones también pueden ser compartidas. El proyecto propone varios ajustes tipológicos que pueden ser adaptados a contextos muy distintos.
Uno de estos ajustes es la eliminación de ángulos para potenciar la percepción del espacio. En este sentido, los espejos elevados, inspirados parcialmente en el American Bar de Adolf Loos, contribuyen a abrir visualmente los interiores.
Otro gesto fue fusionar la cocina y el comedor mediante una invisible placa de inducción, que permite cocinar sin calentar la superficie. Este sistema maximiza la eficiencia en viviendas pequeñas y promueve una convivencia más fluida.
Y por último, el rediseño de la planta baja como un jardín habitable: un patio completamente operable que, en climas cálidos, permite que la casa se abra completamente, ofreciendo una experiencia de outdoorliving inédita en este tipo de vivienda.
Pero ¿cómo podríamos adaptar esta propuesta a climas más fríos y lluviosos, como por ejemplo el del Reino Unido? Quizás habría que mirar hacia los invernaderos tradicionales. Estas estructuras podrían permitir que el jardín se viva como una extensión del interior, o que un espacio mínimo se transforme en un rincón de aire libre habitable.
Aunque me interesa mucho la arquitectura, a menudo me nutro de disciplinas menos condicionadas por presupuestos o por las exigencias de la obra construida. Un escenario de cine, una instalación artística, un traje… La moda, por ejemplo, es una industria altamente creativa. Y todo esto puede traducirse a la arquitectura si tienes el conocimiento técnico —o el deseo de adquirirlo.
Cada proyecto, en lugar de ser una repetición, se convierte en una nueva travesía de aprendizaje cuando se piensa de ese modo.
Conócete y prepárate para estar solo. Empezar un estudio puede ser una experiencia profundamente solitaria. Terrace House Mirage se gestó en su casa, durante el confinamiento, con un solo ordenador.
Cree en ti mismo y diviértete. Si yo hice este proyecto con un ordenador, tú también puedes.
Miradas múltiples en un mundo uniformizado
El lenguaje arquitectónico también se forma observando el mundo. Vivimos en una era de hiperconexión, pero esa conexión no siempre genera culturas locales. Por el contrario, tiende a borrar matices.
El resultado es una especie de aburrimiento estético global. Todo el mundo ve las mismas cosas, consulta los mismos referentes, repite los mismos códigos visuales.
The Grid parte de una preocupación por el espacio exterior: el control, la vigilancia, la contaminación orbital. El sector espacial prevé multiplicar por cinco el número de satélites en la próxima década. ¿Qué consecuencias tiene esto?
El proyecto no da respuestas claras, pero abre preguntas a través del espacio: combinas referentes de la ciencia ficción, elementos visuales inspirados en la ingravidez y una materialidad que juega con la percepción. Es una arquitectura que puede leerse en capas, como una pieza musical donde cada nueva escucha revela un detalle oculto.
Debido a este enfoque tan intencional, no puedo diseñar muchos proyectos a la vez. Priorizo la calidad, y busco siempre un reto nuevo. Ahora que The Grid ya está terminado, no sé cuál será mi próximo proyecto. Me gustaría diseñar una galería de arte, un pabellón público, un teatro... o tal vez una discoteca. Un sitio compartido, abierto a la experiencia colectiva.
Y entonces habría que hacerse otra pregunta: ¿cómo podemos hacerlo de forma sostenible? ¿Podríamos reinterpretar el espíritu de los invernaderos con materiales más resistentes, más asequibles o eficientes? De ese camino puede nacer un detalle constructivo tan funcional como poético.
El lenguaje propio del riesgo y la intuición
Tomar riesgos no debería ser la excepción en el diseño, sino la norma. No por frivolidad, sino porque el placer de experimentar forma parte esencial del proceso de creación.
Diseñar es un acto de amor. Hay que amar lo que haces, porque paradójicamente, hay mucho sufrimiento en el proceso creativo. Todo lo que necesitas es más amor y perseverancia. Hay que escucharse, confiar en la propia intuición, pero también saber escuchar las críticas: algunas te harán dudar, pero otras pueden llevarte a lugares mejores.
En los años sesenta, Superstudio ya advertía de esa tendencia con su “ContinuousMonument”. Esa crítica a la ciudad homogénea está ahora más vigente que nunca, trasladada al plan digital.
Por eso creo que hay que mirar hacia atrás. La historia nos habla con una riqueza cultural y formal infinita. Más allá de nuestro siglo, encontramos lenguajes diversos que esperan ser redescubiertos y reinterpretados.
Siempre me ha fascinado cómo las lenguas y las culturas ofrecen formas diferentes de entender el mundo. No existe una única cultura “correcta”, sino una convivencia de visiones en diálogo constante.
¿Sabías que la palabra tomate proviene del náhuatl tomatl? Este fruto, cultivado por los aztecas, es hoy universal. Como las ideas: viajan, se transforman y enriquecen.
Hacia el cosmos: arquitectura para pensar el mundo
Este lenguaje propio también puede expandirse hacia lo inesperado. Mi proyecto más reciente, The Grid, es una oficina para una empresa de satélites. A primera vista, nada tiene que ver con Terrace House Mirage. Pero comparten una misma actitud: mirar más allá del programa.
Durante mucho tiempo me preocupaba definir mi estilo. Ahora sé que no es cuestión de estética, sino de práctica. Mi “estilo” es la forma en que me acerco a cada proyecto: como si fuera un lenguaje.
Victor Olivar Alcami, arquitecto. Corresponsal del COAC en Sídney, Australia. Mayo 2025
Epílogo: inspiraciones que no son arquitectura
Las ideas no siempre vienen de donde las esperas. Os dejo algunas inspiraciones:
Maggot Brain de Funkadelic (de hecho, suena mientras escribo estas líneas)
La luz que cambia al amanecer, y cómo transforma la percepción del espacio
Desiderata, de Max Ehrmann
Octatrack de Elektron, una herramienta para componer capas sonoras
Stanley Kubrick, por su mirada visionaria
Joseph Walsh, por un mobiliario escultórico y casi imposible


Revista de corresponsals: "Perspectiva des d’Austràlia: Del jardí interior al cosmos; una arquitectura amb llenguatge propi "
Donat que fa prop d’una dècada que exerceixo com a corresponsal del COAC a Sydney, Austràlia, i coincidint amb la finalització d’un projecte que l’any passat va ser reconegut amb diversos premis i publicacions internacionals, he aprofitat aquesta ocasió per compartir algunes reflexions al voltant del procés de pensament que m’acompanya com a arquitecte immigrant amb una mirada arrelada en la cultura catalana però oberta al món.
Aquest article no és només una descripció d’un projecte, sinó un intent d’explicar com es construeix un llenguatge propi a partir de l’experiència, la distància i la voluntat d’experimentar amb les tipologies, els materials i les idees. Des del jardí interior d’una casa adossada fins a la immensitat conceptual de l’espai exterior, cada projecte és una oportunitat per repensar com vivim, què veiem i com volem habitar el futur.
El jardí com a espai d’expressió domèstica
Quan vaig començar a dissenyar Terrace House Mirage, no només volia crear una casa singular dins un entorn homogeni. La meva ambició era proposar una revisió tipològica d’un model urbà repetit arreu del món: la casa adossada.
Aquest tipus d’habitatge creix per repetició. Això vol dir que, un cop identificats els problemes comuns, les solucions també poden ser compartides. El projecte proposa diversos ajustos tipològics que poden ser adaptats a contextos molt diferents.
Un d’aquests ajustos és l’eliminació d’angles per potenciar la percepció de l’espai. En aquest sentit, els miralls elevats, inspirats parcialment en l’American Bar d’Adolf Loos, contribueixen a obrir visualment els interiors.
Un altre gest va ser fusionar la cuina i el menjador mitjançant una placa d’inducció invisible, que permet cuinar sense escalfar la superfície. Aquest sistema maximitza l’eficiència en habitatges petits i promou una convivència més fluïda.
I finalment, el redisseny de la planta baixa com un jardí habitable: un pati completament operable que, en climes càlids, permet que la casa s’obri completament, oferint una experiència d’outdoor living inèdita en aquest tipus d’habitatge.
Però, com podríem adaptar aquesta proposta a climes més freds i plujosos, com per exemple el del Regne Unit? Potser caldria mirar cap a les hivernacles tradicionals. Aquestes estructures podrien permetre que el jardí es visqui com una extensió de l’interior, o bé que un espai mínim es transformi en un racó d’aire lliure habitable.
I llavors caldria fer-se una altra pregunta: com podem fer-ho de manera sostenible? Podríem reinterpretar l’esperit de les hivernacles amb materials més resistents, més assequibles o més eficients? D’aquest camí pot néixer un detall constructiu tan funcional com poètic.
El llenguatge propi del risc i la intuïció
Prendre riscos no hauria de ser l’excepció en el disseny, sinó la norma. No pas per frivolitat, sinó perquè el plaer d’experimentar forma part essencial del procés de creació.
Dissenyar és un acte d’amor. Cal estimar allò que fas, perquè paradoxalment, hi ha molt de patiment dins el procés creatiu. Tot el que necessites és més amor i perseverança. Cal escoltar-se, confiar en la pròpia intuïció, però també saber escoltar les crítiques: algunes et faran dubtar, però d’altres et poden portar a llocs millors.
Tot i que m’interessa molt l’arquitectura, sovint em nodreixo de disciplines menys condicionades per pressupostos o per les exigències de l’obra construïda. Un escenari de cinema, una instal·lació artística, un vestit… La moda, per exemple, és una indústria altament creativa. I tot això es pot traduir a l’arquitectura si tens el coneixement tècnic —o el desig d’adquirir-lo.
Cada projecte, en lloc de ser una repetició, es converteix en una nova travessa d’aprenentatge quan es pensa d’aquesta manera.
Coneix-te i prepara’t per estar sol. Començar un estudi pot ser una experiència profundament solitària. Terrace House Mirage es va gestar a casa, durant el confinament, amb un sol ordinador.
Creu en tu mateix i diverteix-te. Si jo vaig fer aquest projecte amb un ordinador, tu també pots.
Mirades múltiples en un món uniformitzat
El llenguatge arquitectònic també es forma observant el món. Vivim en una era d’hiperconnexió, però aquesta connexió no sempre genera cultures locals. Al contrari, tendeix a esborrar matisos.
El resultat és una mena d’avorriment estètic global. Tothom veu les mateixes coses, consulta els mateixos referents, repeteix els mateixos codis visuals.
Als anys seixanta, Superstudio ja advertia d’aquesta tendència amb el seu Continuous Monument. Aquella crítica a la ciutat homogènia és ara més vigent que mai, traslladada al pla digital.
Per això crec que cal mirar enrere. La història ens parla amb una riquesa cultural i formal infinita. Més enllà del nostre segle, hi trobem llenguatges diversos que esperen ser redescoberts i reinterpretats.
Sempre m’ha fascinat com les llengües i les cultures ofereixen maneres diferents d’entendre el món. No hi ha una única cultura “correcta”, sinó una convivència de visions en diàleg constant.
Sabies que la paraula tomàquet prové del náhuatltomatl? Aquest fruit, cultivat pels asteques, és avui universal. Com les idees: viatgen, es transformen i enriqueixen.
Cap al cosmos: arquitectura per pensar el món
Aquest llenguatge propi també pot expandir-se cap a l’inesperat. El meu projecte més recent, The Grid, és una oficina per a una empresa de satèl·lits. A primera vista, no té res a veure amb Terrace House Mirage. Però comparteixen una mateixa actitud: mirar més enllà del programa.
Durant molt de temps em preocupava definir el meu estil. Ara sé que no és una qüestió d’estètica, sinó de pràctica. El meu “estil” és la manera com m’apropo a cada projecte: com si fos un llenguatge.
The Grid parteix d’una preocupació per l’espai exterior: el control, la vigilància, la contaminació orbital. El sector espacial preveu multiplicar per cinc el nombre de satèl·lits en la pròxima dècada. Quines conseqüències té això?
El projecte no dona respostes clares, però obre preguntes a través de l’espai: combina referents de la ciència-ficció, elements visuals inspirats en la ingravidesa, i una materialitat que juga amb la percepció. És una arquitectura que es pot llegir en capes, com una peça musical on cada nova escolta revela un detall ocult.
A causa d’aquest enfocament tan intencional, no puc dissenyar molts projectes alhora. Prioritzo la qualitat, i busco sempre un repte nou. Ara que The Grid ja està acabat, no sé quin serà el meu pròxim projecte. M’agradaria dissenyar una galeria d’art, un pavelló públic, un teatre... o potser una discoteca. Un lloc compartit, obert a l’experiència col·lectiva.
Victor Olivar Alcami, arquitecte. Corresponsal del COAC a Sidney, Austràlia. Maig 2025
Epíleg: inspiracions que no són arquitectura
Les idees no sempre venen d’on les esperes. Us deixo algunes inspiracions:
MaggotBrain de Funkadelic (de fet, sona mentre escric aquestes línies)
La llum que canvia a l’alba, i com transforma la percepció de l’espai
Desiderata, de Max Ehrmann
L’Octatrackd’Elektron, una eina per compondre capes sonores
Stanley Kubrick, per la seva mirada visionària
Joseph Walsh, per un mobiliari escultòric i gairebé impossible


Revista de corresponsales: Frankfurt mira al cel: cap a on creix la ciutat?
Hay algo casi cinematográfico al llegar a Frankfurt: desde el tren, desde el coche o desde el aire, los rascacielos aparecen como un telón de fondo, como si alguien los hubiera colocado allí expresamente para que uno entienda enseguida de qué va la ciudad. Esto no es Berlín, ni Hamburgo, ni Munich. Esto es Manhattan, el corazón financiero de Europa.
El perfil urbano de Frankfurt no es fruto del azar. Tras la Segunda Guerra Mundial, la ciudad quedó profundamente destruida. La ausencia de un centro histórico intacto favoreció una reconstrucción orientada hacia el futuro, donde la verticalidad se convirtió en un rasgo de identidad. Con la consolidación del Bundesbank, la posterior instalación del Banco Central Europeo y el establecimiento de numerosas entidades financieras internacionales, el crecimiento en altura pasó a ser una necesidad funcional y símbolo de poder económico.
Desde 2020, Frankfurt ha vivido un nuevo auge en la construcción de rascacielos, impulsado en parte por la reubicación de instituciones después del Brexit y el consiguiente aumento de la demanda inmobiliaria. Proyectos como FOUR Frankfurt, un conjunto de cuatro torres de uso mixto, o la Millennium Tower, que con sus 288 metros será el edificio más alto de Alemania una vez finalizado, ilustran esta tendencia. También destacan el Omniturm, con su singular torsión en la fachada, y el Eden Tower, que apuesta por una envolvente vegetal como gesto hacia la sostenibilidad.
Estos desarrollos se sitúan en zonas delimitadas como Bankenviertel, Gallus o Europaviertel, bajo una planificación urbana que regula alturas, usos y contraprestaciones sociales. El Ayuntamiento promueve la integración de vivienda asequible y espacios públicos en estos proyectos, aunque en la práctica su presencia suele ser más simbólica que sustancial frente a la prevalencia de los usos corporativos y residenciales de alto standing.
Desde una mirada crítica, no faltan voces que cuestionan a quién beneficia realmente a este modelo de ciudad en altura. Las nuevas torres se destinan mayoritariamente a oficinas Premium, hoteles y apartamentos de lujo, mientras que la vivienda asequible queda en segundo plano. A esto se añaden efectos urbanos como el incremento de zonas de sombra, alteraciones en la ventilación a pie de calle y la pérdida de vitalidad urbana fuera del horario laboral.
El concepto de “gentrificación en altura” resume bien una de las críticas más habituales: la exclusión ya no se produce sólo horizontalmente, desplazando las clases medias y bajas hacia la periferia, sino también verticalmente, alejándolas de los niveles más “deseables” del nuevo skyline.
En términos de sostenibilidad, muchos de estos edificios cuentan con certificaciones como LEED o DGNB, e incorporan soluciones energéticamente eficientes. sería si crecer hacia arriba siempre es la solución más eficiente, o sólo la más fotogénica.
La ciudad, mientras, se debate entre la imagen que proyecta y la experiencia cotidiana de sus habitantes. Para el visitante, el skyline es un icono moderno con cierto aire neoyorquino. Para el residente, puede representar tanto un orgullo urbano como una distancia social.
Frankfurt mira al cielo, pero la cuestión sigue siendo si ese horizonte en ascenso será compartido o seguirá reservado para unos pocos.
Carlos Vidal, arquitecto. Corresponsal del COAC en Frankfurt, Alemania, abril de 2025
Fuentes:
https://www.euractiv.com/section/economy-jobs/news/turning-the-tide-frankfurt-attracts-london-banks/
