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Revista de corresponsales: Hábitat saludable en Argentina
Hoy, al igual que sucedía en épocas pasadas, los arquitectos debemos hacer frente a los inesperados desafíos que se presentan y demandan soluciones atendiendo cuidadosamente las distintas disciplinas implicadas en el acto creativo del hábitat o de la vivienda.
Los últimos acaecimientos sucedidos como la pandemia en el 2020 y sus consecuencias como el confinamiento obligatorio y las condiciones de habitabilidad de las viviendas, han focalizado toda nuestra atención y nos han obligado a una profunda reflexión.
Hechos que nos llevan a examinar nuevamente el hacer arquitectura para dar soluciones a necesidades básicas y esenciales “olvidadas” o no siempre tenidas en cuenta según las “modas” o por distintos intereses desatendiendo el bienestar de los habitantes.
Si proyectamos una mirada atrás y observamos algunos de los distintos sucesos ocurridos aproximadamente desde el siglo XIX, como los avances en la industrialización, en la ciencia y salud, en nuevas tecnologías y podemos comprobar como en determinados periodos estos acontecimientos influyeron directamente en la evolución del hábitat y en la vida de los individuos y en el conjunto de la sociedad.
Una aportación trascendental para la salud y vivienda como para el bienestar de la humanidad fueron las teorías higienistas desarrolladas principalmente por investigadores de la salud (hacia fines del siglo XVIII, en Francia) y que llegaron como resultado de sus investigaciones la aplicación de políticas apropiadas para luchar contra la insalubridad de las viviendas. Sol, aire, higiene.
Influenciados por estas teorías, arquitectos y urbanistas integraron el Movimiento higienista, a finales del XIX y principio del XX, la Casa Lovell de Richard Neutra (1927-1929) donde aplicó sus ideas sobre la vivienda saludable.
Fundamental aportación, también, se debe al método de planificación urbana iniciado en 1898 por Ebenezer Howard (1850-1928) en el Reino Unido, conocido como Movimiento Ciudad Jardín.
Fue una idea revolucionaria dejando un legado de principios y enfoques de planificación. Los principios de planificación se derivaron de evitar la degradación ambiental debido a la migración de personas del campo a las ciudades durante la revolución industrial en la Inglaterra del siglo XIX.
Con las premisas urbanísticas de hoy podemos decir que Las ciudades jardín estaban destinadas a ser comunidades sostenibles planificadas y autosuficientes, rodeadas de verde, que contenían áreas proporcionales de residencias, industria y agricultura.
En Argentina también encontramos ejemplos contemporáneos del modelo inglés. Puede destacarse la Ciudad Jardín de El Palomar Inaugurada en 1944 en Buenos Aires. Con los años fueron sufriendo modificaciones a causa de la especulación del uso el suelo avalado por las políticas urbanísticas.
Ejemplo de ello es el actual Código de Edificación en Córdoba, Argentina, que en el año 1985 fue modificado para promover la densificación de la ciudad. Con ese objeto se establecieron “corredores” donde se aumentó la altura de edificación y no se tuvo en cuenta el asoleamiento de las viviendas y su influencia en la salud de sus habitantes, como también la sobresaturación de las redes de servicios lo que conlleva un desmedro de la calidad de vida de sus habitantes.
Podemos decir que los avances en la prevención de las enfermedades han sido vinculados con el mejoramiento de la vivienda, así como lo dedujo la higienista Florence Nightingale (1820-1910) hace más de un siglo, quien demostró que la vivienda tiene un rol crítico, no solo en la salud de cada familia, sino también en el bienestar de las comunidades y, por último, en el contexto global. Ya en 2010, para el Día mundial de la salud, se escogió como lema “urbanización y salud” como testimonio de los importantes vínculos entre el entorno construido y la sanidad.
Estamos en una época de transición a una mejora en la calidad de vida, en la cual los ámbitos de la política pública y el financiamiento no pueden tratar los problemas de urbanismo, vivienda y salud por separado, sino que es necesario atender la relación entre las distintas áreas y dar soluciones en conjunto.
Esto debe incluir más financiamiento para investigar los beneficios para la salud a través de las mejoras en el hábitat, creando viviendas y comunidades más sostenibles.
Por lo tanto, podemos reflexionar si los principios de planificación legados por estos movimientos aún tienen vigencia. Consideramos que su aplicación es factible con los ajustes y cambios necesarios en los diferentes contextos para la planificación urbanística sostenible de nuestro tiempo, ya que sus políticas y estrategias de planificación apuntaban a la calidad de vida, la prosperidad de las personas, el acceso a viviendas saludables, servicios y empleos sostenibles, y participación en la comunidad, tan indispensables y de tanta actualidad.
Bibiana Sciortino, arquitecta. Corresponsal COAC en Córdoba, Argentina. Abril 2022